Durante el la Edad Media las casas eran generalmente de pequeñas dimensiones y era frecuente que el conjunto de la familia ocupara el mismo espacio. Pasaron siglos hasta que los distintos usos de las habitaciones quedaron definidos, ya que la intimidad del hogar como hoy se concibe no existía. La actividad mercantil trajo consigo el desarrollo de las ciudades en Europa a partir del siglo XI, dichos burgos eran recintos amurallados con una alta densidad de población. Por lo general las casas eran de dos alturas y mientras que en la planta baja el comerciante o artesano desarrollaba su actividad profesional, en el piso superior residía la familia, normalmente todos juntos en una gran cámara. Este esquema de habitabilidad llega al Renacimiento, momento en el surgen nuevas necesidades.

Concretamente es en los Países Bajos donde a partir del siglo XVII despunta un nuevo modelo de vida. Hacia 1560 las provincias del norte de los Países Bajos (actualmente Holanda) comienzan a rebelión contra España, alcanzando la independencia en 1585, ratificada en el tratado de Münster en 1648. La burguesía comerciante lleva a este nuevo y recién creado Estado independiente a convertirse en un tiempo récord en unos de los países más ricos de Europa. En 1602 se funda la Compañía de las Indias Orientales con sede en Ámsterdam, entidad que convirtió a Holanda en un centro neurálgico del comercio a escala mundial. En este sentido, es necesario destacar el papel que jugó el calvinismo y su fuerte impronta en la sociedad holandesa. Esta religión reformada aboga por el trabajo y la austeridad, pero no solamente se trata de una nueva mentalidad, sino que también se produce un cambio radical en la relación con la divinidad. Las imágenes sagradas ya no constituyen un vehículo de comunicación entre Dios y el fiel y se deja de aprobar su uso en lugares públicos, tampoco se acepta el culto a los santos. Todo esto trae consigo alteraciones sustanciales en la producción artística que ya no se centra en la temática religiosa, sino que se orienta hacia otros contenidos como el retrato, el bodegón o la pintura de género.

La recién estrenada Holanda es un país sin realeza, que como consecuencia de una efectiva actividad mercantil se convierte en un tiempo récord en una superpotencia. Grandes maestros de la pintura como Vermeer, Hooch o Steen, entre otros, recrean los ambientes confortables de los que disfrutaba la burguesía comerciante. Entramos en salas limpias y ordenadas, decoradas con gusto pero sin recargamiento que nos transmiten una cálida sensación de hogar y privacidad. En la vida cotidiana de este poderoso grupo social se encuentra el inicio de lo que consideramos el confort doméstico. Las pinturas que reflejan estos cuidados interiores son, por lo general, de pequeño formato, adecuadas a dichos espacios domésticos. La prosperidad económica trajo consigo numerosos cambios sociales, el nuevo concepto de vida se tradujo en tener pocos hijos y no recurrir a amas de cría. Las personas principales disponían de poca servidumbre y sus costumbres conservadoras rechazaban gastos superfluos.

Es precisamente en el siglo XVII cuando surge lo que llamamos pintura de género, la misma burguesía mercantil demanda una temática con la que se sienta identificada. La pintura de género representa en sí misma una importante fuente documental, ya que a través de ella se pueden reconstruir los usos y costumbres sociales de épocas pasadas. En el presente caso, los pintores holandeses nos adentran en las casas y en la manera de vivir de sus propietarios. Somos testigos de cómo visten, qué comen y sus momentos de esparcimiento, tal vez banales pero de una asombrosa capacidad evocadora.

En el siglo XVII todavía no estaban del todo definidas las distintas estancias de una casa, de hecho el salón podía hacer las veces de dormitorio, tal y como apreciamos en algunas pinturas donde la cama aparece en el salón principal empotrada contra la pared. La cama era un mueble importante que evidenciaba el prestigio social de su propietario, normalmente se vestían con amplios cortinajes cuya función era tratar de paliar el intenso frío. En cuanto a la iluminación, en un país poco soleado, las ventanas eran altas para facilitar toda la luz posible. Los bellos interiores holandeses nos muestran cuadros y mapas en las paredes alumbrados por grandes chimeneas que calientan las estancias en las que las mesas visten alfombras orientales de vivos colores. En ocasiones, algunas damas se asoman a los lienzos vestidas con elegantes chaquetas ribeteadas de pieles, mientras leen, conversan o tocan un instrumento. Todo ello es el reflejo de una sociedad floreciente llevada a los lienzos con un detallismo prodigioso y una belleza atemporal.

Me gusta mucho la pintura holandesa, me parecen fotografías por la minucia con que están pintados.
En efecto los pintores holandeses no han dejado con sus cuadros un testimonio histórico.
Pienso que los holandeses siguen siendo un país austero en su forma de vida.
Con respecto a que los comerciantes vivieran encima de los comercios ha sido una práctica muyt común hasta bien entrado el siglo XX incluso aquí en España.
Muy bueno como siempre, un abrazo.
Tu apoyo constante es una alegría para mi. Ayer me publicaron un artículo en Diario de Sevilla que la semana próxima pondré ilustrado en el blog.
Tienes razón, la pintura holandesa del siglo XVII es el no va más, por la maestría, la delicadeza y mil cosas mas, son cuadros evocadores que transmiten.
He conocido Bélgica pero Holanda todavía no y tengo una ganas que no te puedes imaginar.
Un fuerte abrazo.
Mi enhorabuena Bárbara, me gustó más Bélgica.
Eso sí en Holanda tienes buenos museos de pintura para visitar.
Como siempre fantástica tu capacidad para hablar de la pequeña historia que nadie mira y que sin embargo es la madre de la gran historia que todos conocemos, Interpretar como lo haces la primera pintura costumbrista que se desarrolla en Europa, con sus causas y tu capacidad de interpretación de la misma son geniales, así que no debe extrañarte lo que te dije, que el éxito de tu blog esta todavía en pañales. Te aseguro que estoy dispuesto a alegrarme muchísimo de tus futuros éxitos
Mil gracias por tus palabras, me llenan de ánimo. Trabajo mucho el blog y para mi supone una gran satisfacción que la gente lo lea e incluso lo siga. La historia es una ciencia y hay que tratarla con mucho respeto. En España, por desgracia, por temas políticos, ideológicos y por una descomunal incultura general nos cuentan una historia manipulada que a mi juicio no es nada conveniente.
Hoy o mañana pongo un artículo que me publicaron la semana pasada en Diario de Sevilla, a ver que te parece.
Un fuerte abrazo:
Bárbara.
Fantástico Bárbara! Tu fiel seguidora
¡Que mona eres! Tengo casi listo uno nuevo.
Muchos besos.
Me encanta como siempre !!!!!!!!
¡Que mona eres Mercedes!. Muchas gracias como siempre.
Gracias Barbara, Soy Rosemma de Buenos Aires Argentina……te encontre buscando el cuadro de MUJER CON NIÑA EN LA DESPENSA, de Pieter De Hoock, cuya reproduccion estaba en la cocina de una amiga que vive en Alemania.No sabia como se llamaba,y lo halle en las Imagenes de tu sitio. Conozco Belgica, pais de mi ex pareja. Tambien Holanda y Alemania. Admiro el desarrollo que lograron estos paises que en un medio tan inhospito,y pequeño agudizaron su intelecto y su modo de trabajar arduamente para superarse y poder vivir. Tomemos ese ejemplo. Los paises latinoamericanos tomamos mucho de sus arquitectos e ingenieros,……ejemplo los subterraneos belgas de Buenos Aires. Las pinturas medievales son un claro ejemplo y maravilloso recreo para mi vista. Gracias . BESOS FUERTES!
Estimada Rosemma:
Muchas gracias por visitar mi blog de Historia y por tu interesante comentario. Verdaderamente es increíble lo que consiguieron en los Países Bajos en tan poco tiempo. Su pintura nos muestra que en la casas se respiraba confort y elegancia, todo sin estridencias.
Espero que mi web «Arte y demás historias» te enganche.
Un saludo desde España:
Bárbara
Enhorabuena Rosillo es un magnífico artículo en el que destaco el fundamento religioso de la aparición y desarrollo de la burguesía como clase social dominante y, en consecuencia, la aparición de un mercado de adquisición de obras de arte laicas. Es curioso pero en un momento dado utilizas la voz alfombra para denominar el tejido con que visten algunas mesas preparadas para cierto acontecimiento y sin embargo observo que el suelo de las habitaciones están decorados con losetas de colores y, sin embargo, todos aparecen desnudos de alfombras. Por qué la ausencia de alfombras?
De acuerdo con tu análisis de la influencia de las creencias religiosas protestantes en la disposición del nuevo hogar, en la importancia de la intimidad doméstica y en la invención del confort. Me ha interesado mucho lo que escribes de las ventanas, de los muebles, de los cuadros y de las telas. Es más destacas la importancia de la tela que decora la mesa que se han preparado un grupo de mujeres para hacer música en un cuarto de la “nueva” casa pero silencias las alfombras. El suelo de los cuartos está siempre formado por losetas coloreadas pero nunca aparece una alfombra que, sin embargo, estimamos esencial para la intimidad y el confort.