Un gran misterio rodea el nacimiento e infancia de Jesús ya que los evangelios nos proporcionan pocos datos. Sabemos que nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes pero no el año exacto, teniendo en cuenta que el tal rey murió en el 750 de la fundación de Roma (que equivale al año 4 a C.) los expertos tantean cual pudo ser la fecha real del nacimiento de Jesús. Los evangelios cuentan someramente que la Sagrada Familia vivía en Nazaret pero estando María embarazada debieron ir a Judea para inscribirse en un censo obligatorio que el Cesar de Roma había mandado elaborar. Al llegar a Belén no encontraron posada viéndose obligados a pernoctar en un pesebre donde María dio a luz a un niño que José envolvió con pañales.

Respecto a la fecha en que se conmemora el nacimiento de Jesucristo, cabe resaltar que la noche del 24 de diciembre se celebraba en la antigua Roma la fiesta pagana del solsticio de invierno desde el año 275 a C., en la que se festejaba el nacimiento del Sol. La Iglesia de Roma decidió conmemorar el magno acontecimiento del calendario cristiano ese mismo día entre los años 311 y 336 de nuestra era. En cuanto a la adoración de los pastores, el evangelio cuenta que pernoctaban con sus rebaños al aire libre, lo que se debió producir entre mayo y octubre, descartando el verano porque no hay pasto para el ganado.

Desde hace siglos ha quedado instaurada la tradición de los tres Reyes Magos pero en las Sagradas Escrituras, no se habla de reyes sino de magos y no se dice el numero de ellos simplemente se dice unos magos o unos astrónomos. Cronológicamente su visita es situada en torno al año 7 a C. porque en esas fechas apareció la conjunción astral en el cielo vespertino. Según los especialistas es muy probable que el nacimiento de Jesús esté retrasado siete años ya que hasta el siglo VI no se estableció una relación entre la vida de Jesucristo y los cómputos vigentes del tiempo.

En cuanto a la representación del Belén, todos sabemos desde pequeños que dentro del portal se encuentran el niño recién nacido con la Virgen y San José junto con la mula y el buey. Estos animales aparecen en el Antiguo Testamento, en concreto en el capítulo I de Isaías que dice textualmente: “El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor”. Mas adelante el evangelio apócrifo del Pseudo Mateo, datado aproximadamente hacia el siglo VII, sitúa a las dos bestias en el portal. Este texto narra el nacimiento de Jesús en una gruta oscura que quedó completamente iluminada por el divino resplandor de la Virgen, el alumbramiento se produjo sin dolor y sin sangre, y al tercer día María y José llevaron al niño a un establo donde fue adorado por un buey y un asno durante tres días enteros. A los dos años llegaron tres magos de oriente guiados por una estrella, el niño recibió de cada uno una pieza de oro además de oro, incienso y mirra. En cuanto al evangelio de San Mateo, se hablan de las mismas ofrendas pero no se especifica cuantos magos son. La iconografía cristiana debido a los pocos datos bíblicos ha recurrido a otras fuentes para plasmar las distintas escenas del nacimiento del Niño Jesús.

El origen del Belén está en Italia, San Francisco de Asís fue el artífice de esta tradición que se remonta a la Nochebuena de 1223. A través de la orden de los franciscanos la representación del Belén pasó al resto de Europa. En nuestro país se conservan belenes muy antiguos en algunos monasterios e iglesias, pero su popularización vino de la mano de Carlos III que antes de ocupar el trono español fue rey de Nápoles bajo el nombre de Carlos VII desde 1734 a 1759. Nápoles en esa época era la ciudad más importante de Italia y la tercera más poblada de Europa (detrás de Londres y París) con 300.000 habitantes.

En el palacio Real de Madrid se conserva un magnífico Belén del siglo XVIII que normalmente se puede visitar durante las navidades. Algunas de sus piezas fueron directamente traídas por Carlos III, posteriormente su hijo Carlos IV se encargó de seguir adquiriendo figuras para agrandarlo y embellecerlo. La nobleza emulaba a la realeza por lo que la aristocracia española comenzó a comprar nacimientos napolitanos y poco a poco la costumbre se extendió a todos los estamentos sociales hasta convertirse en un fenómeno absolutamente popular y consustancial a la tradición católica. En la actualidad los belenes se exhiben no solo en casas particulares, iglesias y parroquias sino en casi cualquier tipo de negocio desde pequeñas tiendas a inmensos centros comerciales pasando por sucursales bancarias y hoteles. María, José y el niño Jesús junto con la mula y el buey forman parte de la infancia de nuestros hijos tal y como estuvieron presentes en la nuestra. En un mundo de cambios tan impredecibles el Belén se mantiene vigente y en perfecto estado de salud.



Barbara se te ha olvidado lo mas importante!!!!! segun el Papa Benedetto XVI al menos uno de los magos provenia de ANDALUCIAAAAAA que era considerada Oriente, yo me parto vamos si al final los reyes eran de Triana, mil besos preciosidad
Es verdad, es increíble que algún mago fuera de Andalucía. ¡Anda que no da vueltas la historia!
Un fuerte abrazo.
En efecto ha habido mucha polémica con el libro de Benedicto XVI.
Infundada sin duda, él nunca dijo que el buey y la mula no existieran.
Sin duda la gente oye campanas y deforma la verdad.
Este año he visitado el Belén Napolitano del Ayuntamiento de Madrid.
Es de la familia García Castro, una maravilla.
El de Palacio es una joya, han desaparecido figuras del original.
La tenía, su familia y sus damas copian vestidos pata el Belén.
A pesar de ser católicos no conocemos suficientemente bien la Historia Sagrada, yo aprendí mucho en la carrrera ya que la iconografía es fundamental para la Historia del Arte.
Hace años que no veo el Belen del Palacio Real, lo recuerdo como una maravilla.
Un fuerte abrazo.
Perdona Bárbara por los fallos.
Quería decir la reina y cosian.
Es la preescritura.
Es que los hay que deforman cualquier cosa con tal de atacar….ya se sabe.¡ Y si Colón era de la familia real catalana,¿ por qué los Reyes Magos no van a ser de Cádiz?!….Ay Señor,Señor. Como todos tus artículos,muy interesante ¡y muy bién escrito!
Que alegría verte por aquí!!! Me hace mucha ilusión que te guste mi blog.
Un fuerte abrazo.
vaya labor.de.investigación!!!!
Mil gracias!!!
Me encanta la tradición del Belén.
En casa tenemos un precioso Misterio de Murcia, tierra de belenistas
Que nos regalaron al casarnos.
Lo podemos desde entonces siempre.
Cuando estuve en Nápoles, ciudad que me encantó. Nos trajimos un Belén Napolitano. Se venden en la zona de San Gregorio Armeno. Mi amiga Paloma Gómez Borrero me dio direcciones.
Lo decoro como si fuera una casita de muñecas, es divino.
En la Plaza Mayor de Madrid compro todos los años accesorios ( figuras no, no quiero mezclar ).
Palacio tiene muchos belenes.
También de grandes belenistas españoles.
En Cibeles este año está expuesto el de Salzillo, una maravilla.
O el de las Carboneras.
El de la Encarnación, el de las Descalzas y una larga ruta de Belenes que suelo no perderme.
Estupendo articulo Bárbara.
¡Gracias Concha!
Iré a ver el Belén de Salzillo, creo que solo conozco el del Palacio Real. Es muy interesante como fenómeno popular, una tradición católica muy especial.
¡Deseando conocer Nápoles!
Un fuerte abrazo.