Dedicado a Reyes, perfeccionista, tenaz y aguda.
El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra cotilla como: “Persona amiga de chismes y cuentos”. Todos sabemos lo que significa ser un cotilla ahora bien esta palabra tiene otro significado caído en desuso que alude a una pieza de la ropa interior femenina muy usado en el siglo XVIII. El diccionario la recoge de la siguiente manera: “Ajustador que usaban las mujeres, formado por lienzo o seda y de ballenas”.

La cotilla era un corpiño con ballenas que se colocaba sobre de la camisa, levantaba y ensalzaba el pecho, estrechaba la cintura y se ataba con cintas por detrás o por delante, tal y como vemos en las piezas conservadas en el Museo del Traje de Madrid. La camisa era una segunda piel y la pieza básica de ropa interior para ambos sexos. En los siglos XVI y XVII la retratística pone de manifiesto que algunos modelos de traje femenino dejaban el escote y las mangas de la camisa al descubierto; las llamadas mangas perdidas ( parcialmente abiertas) también la mostraban. Normalmente los encajes de la camisa estaban estratégicamente colocados en lugares donde se pudieran lucir.

En “El intruso” obra del pintor holandés Metsu fechada hacia 1660, vemos una escena de interior que nos muestra a una dama a medio vestir. Un caballero entra en su dormitorio mientras la criada lo frena. La señora se encuentra en medio de su toilette; si nos fijamos detenidamente observamos que lleva un precioso corpiño cuyas mangas son independientes y se atan al cuerpo por medio de cintas, debajo asoma la camisa.


La moda femenina del siglo XVIII apostó por la sensualidad, las líneas básicas de la silueta ya no se encubrían sino que se enfatizaban. El amplio escote se puso de moda para escándalo de algunos y disfrute de la gran mayoría, aunque las damas comenzaron a mostrarlo allá por la Baja Edad Media. Desde el siglo XIV el escote había gozado de momentos álgidos, no así en España donde el puritanismo estaba a la orden del día en cuestiones de vestimenta. A finales del siglo XVII el escote empezó a asomar tímidamente, en un principio era recto pero poco a poco fue bajando dejando los hombros al descubierto aunque las mangas seguían cubriendo los brazos por completo.
En las cartas de dote la aparición de corpiños (cuerpo sin emballenar) y cotillas es una constante. La ropa interior se confeccionaba con lino, llamado lienzo en la época. Los tejidos fabricados con este material eran diversos, los había bastos y finísimos (muchos importados de Francia y Países Bajos). La crea y la estopilla eran baratas, el bramante y la holanda (también llamada olan y olandilla) mas caros. En los documentos de la época he encontrado cotillas de otros materiales, como raso y damasco de los mas variados colores. Las piezas mas lujosas se guarnecían con encajes, a lo largo del siglo XVIII se produjo una eclosión de la industria encajera sobre todo en Francia, cuyo gobierno protegió y propulsó sabiamente diversas manufacturas hasta inundar toda Europa con sus maravillosos y apreciadísimos trabajos.

La cotilla desembocó en el corsé en el siglo XIX, este se convirtió en la prenda básica de la ropa interior femenina y la primera pieza fabricada masivamente. Ya no era factible su fabricación en casa debido a su complejidad, se utilizaban materiales muy resistentes y luego se forraban con tejidos mas ricos como la seda. La moda era la cintura de avispa pero se llegó a tal extravagancia que algunos médicos alertaron de lo peligroso que era para la salud tener el torso tan comprimido por las ballenas.

Hace unos meses ha trascendido a los medios un impresionante hallazgo en el Castillo de Lemberg en Austria. Se trata de varias piezas de ropa interior femenina del siglo XV pero lo mas sorprendente es que han aparecido dos sostenes y una especie de braguita. Por lo tanto los investigadores tendrán que reescribir la historia ya que por lo visto el sostén ya estaba inventado mucho antes de que el modisto francés Paul Poiret lo diera a conocer en 1907.


La historia es algo vivo y en permanente evolución de igual modo que la primitiva cotilla, hoy reconvertida en los maravillosos corsés que usan las “celebrities“.


Soy la.de.la.dedicatoria y …como no dejar comentario. Me siento muy alhagada de que me compares con la precisión de está prenda. Me ha entretenido/enseñado mucho.tú post. Siempre.aprendo algo nuevo fruto.de.tus horas de estudio. Gracias por enseñarnos tanto.
Gracias a ti amiga mía por ser una fiel lectora del blog.
Las cotillas y corpiños son piezas impresionantes, volveré a tratar el tema porque me parece interesante y poco conocido. La ropa interior era una partida básica en la que se desembolsaba bastante dinero. Las personas con posibles la llevaban guarnecidas con encajes (también los hombres). Te agradezco mucho la divulgación de “mis historias” y espero que continues con ello.
Un fuerte abrazo.
Bárbara como siempre enhorabuena, me ha encantado y lo más importante he aprendido. Interesante el hallazgo de sujetador y braguita… nada nuevo bajo el sol eh?
Muchas gracias por tu comentario. El hallazgo de las dos piezas del siglo XV es impresionante. Los modistos se inspiran en modas del pasado y las reinterpretan a su manera, verdaderamente es muy interesante.
Impresionante….felicidades, esta no la sabia muy buena exposición 😉
Muchas gracias por tu comentario. Espero que te aficiones a “mis historias”.
Muy interesante, como siempre. Por cierto, os imaginais a Isabel la Catolica con esa braguita y ese sosten??? ja, ja, ja….
¡Pues la verdad es que no! Llevaría corpiños o camisas en mucho mejor estado, te lo aseguro.
¡¡¡¡Muchas gracias por estar ahí y por ese salero que no se puede aguantar!!!!
Muerta me he quedado con lo del pseudotanga y el sosten!!!!!! Increible ….en esa época .Ahora, muy cómodos seguro que no eran ¿eh?
Superinteresante, Barbara.
Tienes razón, es impresionante el nuevo hallazgo. La historia está siempre viva.
Muchas gracias por seguir mi blog. Un abrazo muy fuerte.
Interesantísimo y que maravilla de documentación manejas barbara! Enhorabuena
No se que José eres pero muchas gracias. Tienes razón, la labor de archivo es ardua pero sumamente interesante, se aprende mucho. La Historia se va enriqueciendo y reescribiendo continuamente.