El negro en la Casa de Austria


          El Renacimiento coloca al hombre como centro del mundo. El ser humano individualizado  pasa a ocupar el lugar que merece en las representaciones artísticas. El retrato se convierte en uno de los géneros más solicitados por los monarcas y sus familias como vehículo para demostrar su poder y su gloria. Los pintores al servicio de Carlos I y Felipe II elaboraron una iconografía del retrato cortesano que perduró durante toda la centuria siguiente. Tiziano y Antonio Moro fueron los responsables de la plasmación de la idea de majestad regia que debía provocar en el espectador veneración y reverencia. Para lograr este objetivo se centraron en la figura, otorgándole monumentalidad y empaque pero sin rodearla de muchos atributos que implicasen distracción. Los personajes aparecen recortados sobre un fondo neutro  en actitud digna y distante. La alusión al poder se hace de una forma sutil a través de elementos como la columna, el bufete (mesa), la silla o el sombrero. Sobre la cuestión del parecido físico no se pretendía someter al personaje a una idealización total pero si a un concepto que ya se practicaba en el mundo clásico; la llamada disimulación tenía como objeto enaltecer las cualidades y atenuar los defectos.

Tiziano Vecellio. Felipe II. 1554. Galería Palatina. Palacio Pitti. Florencia.
Tiziano Vecellio. Felipe II. 1554. Galería Palatina. Florencia.

          El vestido es un fiel reflejo de cada época y durante el siglo XVI se le empezó a dar una importancia clave como símbolo de la propia personalidad. Felipe II adoptó el negro en su vestimenta y decidió que su atavío fuera severo. A lo largo de sus setenta y un  años de vida, el rey se vio obligado a llevar luto en numerosas ocasiones; su primera perdida significativa fue la de su madre, la reina doña Isabel de Portugal que falleció a consecuencia de un parto en 1539. Más tarde tendría que hacer frente al fallecimiento de todas sus esposas, de sus dos hermanas y de siete de sus nueve hijos. Su vida fue un auténtico rosario de muertes sobre todo en su última etapa ya que de los cuatro hijos varones que nacieron de su matrimonio con su sobrina Ana de Austria fallecieron los tres primeros: Fernando, Carlos y Diego. Es probable que la fuerte consaguinidad entre los dos esposos provocara que los príncipes no pasaran de la niñez, solo se salvó el más pequeño que ocupó el trono bajo el nombre de Felipe III.

Antonio Moro..Doña Juana de Austria. 1560. Museo de Prado. Madrid.
Antonio Moro. Doña Juana de Austria. 1560. Museo de Prado. Madrid. Doña Juana de Austria era una de las dos hermanas de Felipe II.

          El color negro era considerado símbolo de elegancia en la corte de Borgoña, cuyo ceremonial fue instalado por Carlos V a su llegada al trono de España en 1517. Esto no significa que el emperador siempre vistiera de oscuro aunque al quedar viudo las crónicas cuentan que abandonó el lujo en su vestimenta y adoptó no solamente el luto, sino una sencillez extrema hasta el fin de sus días. No debemos pasar por alto que el rey guerrero prescindió de su poder temporal abdicando en 1556. Fatigado y deseando poner su alma en paz se retiró al monasterio de Yuste, un lugar alejado del mundanal ruido donde descansar sus tremendas fatigas. Volviendo al asunto inicial, su hijo Felipe II le siguió en lo que respecta al uso del negro; desde  la trascendental victoria en la batalla de Lepanto (1571) hasta su muerte veintisiete años más tarde, el todopoderoso rey vistió de  oscuro. Este hecho que puede parecer anecdótico, no lo es en absoluto ya que los usos adoptados por el más poderoso monarca de la cristiandad no solo afectaban a su persona, sino a toda la sociedad española y a los países dependientes de su corona. El luto en España era negro, se llevaba como signo de respeto y solo se podía prescindir de él en ocasiones muy especiales. En otros países se usaban distintos colores, en Francia por ejemplo, las reinas guardaban luto blanco desde que lo instaurase doña  Blanca de Castilla, madre de San Luis.

          La manera de pensar de Felipe II se percibe claramente en una carta dirigida a sus hijas desde Lisboa en 1581 donde acudió  con motivo del juramento de las Cortes,  en ella el rey se queja que debe vestir brocado. Su majestad dice textualmente: “…me quieren hacer vestir de brocado muy contra mi voluntad pero dicen que es la costumbre de aquí”. Es preciso destacar que aunque el rey prudente no gustase vestir lujosas telas de colores o llevar joyas esto no implica que su vida y su corte estuvieran presididas por la sencillez. Todos sabemos que fue el artífice de la construcción del Monasterio-Palacio de San Lorenzo de El Escorial, una obra gigantesca para cuyo ornato trabajaron insignes artistas y que fue sin duda el conjunto arquitectónico mas representativo de la Europa de la Contrarreforma. Su impresionante biblioteca no solo es una magnífica recopilación de libros y manuscritos, sino también de mapas, grabados, dibujos e instrumentos científicos. Tampoco se puede pasar por alto la magnífica colección de pinturas que empezó a adquirir siendo príncipe de Asturias, compuesta por decenas cuadros religiosos y profanos.

Real Biblioteca. Monasterio de San Lorenzo de El escorial.
Real Biblioteca. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

          Como conclusión se puede afirmar que la representación oficial de los reyes de España hasta el siglo XVIII es, en comparación con otras monarquías europeas, bastante discreta y sin estridencias. Una imagen presidida por la severidad, el decoro, la dignidad y un cierto carácter de intemporalidad que siguieron fielmente los sucesores del rey prudente: su hijo Felipe III, su nieto Felipe IV y su bisnieto Carlos II.

Pedro Antonio Vidal. Felipe III de España. 1617. Museo del Prado. Madrid.
Pedro Antonio Vidal. Felipe III de España. 1617. Museo del Prado. Madrid.
Diego Velázquez. Felipe IV. 1623-28.Museo del Prado. Madrid
Diego Velázquez. Felipe IV. 1623-28. Museo del Prado. Madrid
Juan Carreño de Miranda. Carlos II. Hacia 1675. Museo del Prado. Madrid.
Juan Carreño de Miranda. Carlos II. Hacia 1675. Museo del Prado. Madrid.

10 Comentarios

  1. cristina dice:

    Muy interesante, gracias!

    1. Muchas gracias Cristina.

  2. May amian dice:

    Como siempre, fantástico Bar! Gracias

    1. Barbara dice:

      Muchas gracias por tu fidelidad. Un fuerte abrazo May.

  3. Mercedes dice:

    Me ha encantado !!!!! y muy entretenido para un dia de lluvia como hoy !!!

    1. Muchas gracias Mercedes.

  4. Fini G. dice:

    A mi me parece que seguimos encontrando en el negro para vestir, elegancia y sobriedad.

    El sábado, 8 de febrero de 2014, «Arte y demás historias por Bárbara

  5. Ezequiel dice:

    ¿Por casualidad no sabe cómo se vestían los castellanos, portugueses o escoceses en la Edad Media?

    1. B.R. dice:

      Puede consultar los libros de Carmen Bernis. Uno sobre la indumentaria medieval española y otro sobre la moda en la época de los Reyes Católicos. Un saludo.

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