
Judit es una de las mujeres fuertes y resolutivas del Antiguo Testamento. Viuda, bella y valiente decide utilizar sus irresistibles encantos unidos a su inteligencia para librar a su pueblo del yugo asirio. Para llevar a cabo la arriesgada misión que se impone, se despoja de sus tristes y sencillas ropas de viuda sustituyéndolas por sus mejores atavíos. Una vez preparada se dirige al campo del enemigo haciendo ver que ha escapado. La joven es recibida cortésmente y todos caen rendidos ante su belleza. Judit alaba a Holofernes y el gran estratega se deja engañar por la, a todas luces, inofensiva judía. La mujer ejecuta su plan con maestría y frialdad, espera al momento adecuado y cuando su poderoso enemigo no se puede defender debido a su estado de embriaguez le da muerte de una manera brutal cortándole la cabeza. Judit se manifiesta como una especie de vengadora ante la opresión de los débiles y desvalidos, matando a su enemigo sin miramientos. Numerosos artistas a través de los siglos han tratado la muerte de Holofernes a manos de Judit, una historia de sangre y venganza. A continuación os dejo con varios extractos del libro de Judit donde se narra la fascinante historia y una serie de pinturas de grandes maestros, donde podemos apreciar las distintas maneras de concebir la escena, desde la serenidad del Renacimiento hasta el efectismo y la crudeza del Barroco.

Los preparativos de Judit
10:1 Apenas terminó de invocar al Dios de Israel con todas estas palabras,
10:2 Judit se levantó del suelo, llamó a su servidora y bajó a la casa donde pasaba los sábados y los días de fiesta.
10:3 Luego se despojó del sayal que tenía ceñido, se quitó su ropa de viuda, se lavó el cuerpo con agua, se ungió con perfumes y peinó sus cabellos. Después se ciñó la cabeza con un turbante y se puso la ropa de fiesta con que solía engalanarse cuando aún vivía su marido Manasés;
10:4 se calzó las sandalias, se puso collares, brazaletes, anillos, aros y todas sus joyas: en una palabra, se embelleció hasta el extremo, para seducir a todos los que la vieran.

El encuentro de Judit con Holofernes
10:20 Los guardias personales de Holofernes y todos sus oficiales salieron e introdujeron a Judit en la carpa.
10:21 Holofernes estaba reclinado en su diván, bajo un dosel de púrpura, recamado en oro, esmeraldas y piedras preciosas.
10:22 Judit fue anunciada, y él salió a la antecámara de la carpa, precedido de lámparas de plata.
10:23 Cuando apareció Judit delante de él y de sus oficiales, todos quedaron maravillados por la hermosura de su rostro: ella se postró con el rostro en tierra, pero los servidores de Holofernes la levantaron.
Diálogo de Judit con Holofernes
11:1 Holofernes le dijo: «Ten confianza, mujer; no tengas miedo, porque jamás he hecho mal a nadie que se haya decidido a servir a Nabucodonosor, rey de toda la tierra.
11:2 Incluso ahora, si tu pueblo, que habita en las montañas, no me hubiera despreciado, yo no habría levantado mi lanza contra ellos; son ellos mismos los que han provocado esto.
11:3 Ahora dime por qué te has escapado de ellos y has venido hasta nosotros. Con sólo venir hasta aquí, te has salvado. Ten confianza, porque conservarás tu vida esta noche y en adelante.
11:4 Nadie te causará ningún daño: por el contrario, te tratarán bien, como corresponde a los servidores de mi señor, el rey Nabucodonosor».

11:5 Entonces Judit le respondió: «Acepta de buen grado las palabras de tu esclava, y permítele hablar en tu presencia. Todo lo que yo te diré esta noche es verdad.
11:6 Si sigues los consejos de tu servidora, Dios llevará a buen término tu empresa, y no fracasará nada de lo que te has propuesto.
11:7 ¡Por la vida de Nabucodonosor, rey de toda la tierra, y por el poder de él, que te envió para poner en orden a todos los vivientes! Gracias a ti, no sólo lo sirven los hombres, sino que también, gracias a tu fuerza, las fieras, el ganado y las aves del cielo vivirán sometidos a Nabucodonosor y a toda su dinastía.
11:8 Hemos oído hablar, en efecto, de tu sabiduría y de la sagacidad de tu inteligencia, y se comenta en toda la tierra que tú eres el más valiente, el más experto y el más admirable estratega de todo el reino.

Judit en el banquete de Holofernes
12:10 Al cuarto día, Holofernes ofreció un banquete, exclusivamente para su personal de servicio, sin invitar a ninguno de sus oficiales.
12:11 Y dijo a Bagoas, el eunuco que era su mayordomo: «Trata de convencer a esa mujer hebrea que está bajo tu cuidado para que venga a comer y a beber con nosotros.
12:12 Porque sería vergonzoso que dejáramos partir a una mujer como esta sin haber gozado de ella. Si no logramos conquistarla, ella se burlará de nosotros».
12:13 Bagoas salió de la presencia de Holofernes, fue adonde estaba Judit y le dijo: «No tenga reparo esta preciosa joven en presentarse ante mi señor, para ser honrada por él y beber alegremente con nosotros. Hoy serás tratada como una de las asirias que viven en el palacio de Nabucodonosor».
12:14 Judit le respondió: «¿Quién soy yo para contradecir a mi señor? Haré gustosamente todo lo que le agrade, y eso será para mí un motivo de alegría hasta el día de mi muerte».
v 15 En seguida se levantó, y se atavió con sus vestiduras y con todos sus adornos femeninos. Su servidora se adelantó y le extendió en el piso, ante Holofernes, las pieles que Bagoas le había dado para su uso diario, a fin de que comiera reclinada sobre ellas.

12:16 Judit entró y se reclinó; el corazón de Holofernes quedó cautivado por ella, su espíritu se turbó y ardía en deseos de poseerla, porque desde la primera vez que la vio, buscaba la oportunidad de seducirla.
12:17 «Bebe, le dijo Holofernes, y alégrate con nosotros».
12:18 Judit le replicó: «Beberé‚ con mucho gusto, señor, porque desde el día en que nací, jamás he apreciado tanto la vida como hoy».
12:19 Entonces tomó lo que le había preparado su servidora, y comió y bebió en presencia de él,
12:20 mientras Holofernes, encantado con ella, bebió tanto vino como nunca lo había hecho en un solo día desde su nacimiento.

La hazaña de Judit
13:1 Cuando se hizo tarde, sus ayudantes se retiraron inmediatamente. Bagoas cerró la carpa por fuera, después de hacer salir a los que estaban con su señor, y todos se fueron a dormir, rendidos porque habían bebido demasiado.
13:2 Sólo Judit quedó en la carpa, mientras Holofernes, completamente ebrio, yacía tendido en su lecho.
13:3 Judit mandó a su servidora que se quedara fuera de su dormitorio y que la esperara a la salida como todos los días, porque había dicho que saldría para hacer oración y había hablado en el mismo sentido a Bagoas.
13:4 Cuando todos ya se habían retirado de la carpa, y no quedaba nadie dentro de ella, ni grande ni pequeño, Judit, de pie junto al lecho de Holofernes, dijo en su corazón: «Señor, Dios todopoderoso, mira favorablemente en esta hora lo que voy a hacer para la exaltación de Jerusalén.

13:5 Ha llegado el momento de acudir en ayuda de tu herencia,
y de realizar lo que me había propuesto
para aplastar a los enemigos que se alzaron contra nosotros».
13:6 Judit se aproximó entonces a la barra del lecho que estaba junto a la cabeza de Holofernes, descolgó de allí su espada,
13:7 y acercándose al lecho, lo tomó por la cabellera y exclamó: «¡Fortaléceme en esta hora, Dios de Israel!»
13:8 Luego le asestó dos golpes en el cuello con todas sus fuerzas y le cortó la cabeza.
13:9 Hizo rodar el cuerpo desde el lecho y arrancó el cortinado de las columnas. Poco después, salió y entregó a su servidora la cabeza de Holofernes.
13:10 Esta la metió en la bolsa de las provisiones, y las dos salieron juntas, como lo hacían habitualmente, para la oración. Atravesaron el campamento y, bordeando el barranco, subieron la pendiente de Betulia hasta llegar a sus puertas.

Gracias Barbara,como siempre muy interesante. Un beso enorme
A ti por comentar. Me alegra que te resulte entretenido. Un abrazo.
Me apasiona la vida de las heroínas,más que la de los héroes que se hacen unpoco repetitivas bien por no ser an originales o por su mayor frecuencia…..habría tantas de las q no nos ha llegado información y quedaron en el anonimato………i.Vamos como hoy día!
Gracias
¡Tenlo por seguro! La historia de este tipo de mujeres indómitas es apasionante. Un abrazo.
Barbara, estoy aprendiendo más contigo de arte que en todo el bachilletaro.
Besos desde los madriles.
Elena
¡Cuánto me alegra lo que me dices! Espero seguir dando la talla. Un fuerte abrazo.
Enhorabuena buena Barbara!!! Como siempre magníficamente ilustrado!! Me quedo con el de Artemisa!!!!!
Excelentes pinturas. Gracias