La Capilla Sixtina: un prodigio inimitable


              PAPA: P.LOMBARDI, CONCLAVE NON PRIMA DI 15 GIORNI DAL 28/2

          «Y después de haber visto otras muchas estatuas y pinturas, fui a ver el Juicio, que por mandado de Paulo III pintó en el Vaticano el mismísimo Miguel Ángel, en que se mostró tan señor del arte, tan superior en la inteligencia, tan único en los desnudos y escorzos, y tan universal en todo, que parece quiso en sola aquella obra dejar disueltas y vencidas cuantas dificultades tenía el más diestro y docto pincel, y no dejar en qué aventajarle a los venideros, aunque más se desvele el arte ni más alcance la especulación.

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          Y de este prodigio inimitable, entiendo, tomaron motivo de decir que su pintura parecía escultura por su grande relieve, como su escultura parecía pintura, por su grande blandura y pastosidad. Y porque así como el Juicio universal es de fe que ha de ser uno solo, parece que en la pintura también quiso lo fuese, dejando este por solo, sin ser imitable en lo perfecto en los cuerpos y sus formas, y variedad de posituras, que admira en la multitud de almas del infierno la eterna confusión, la horribilidad de los demonios, la barca de Caronte cargada de condenados, y el que feroz sacude los remos, en que parece imitó el Artífice a su paisano y famosísimo Poeta Dante cuando dice:                            

                           Caron demonio conochi di bragia,

                           Loro accenando tutte le racoglie,

                           Batte col remo cualunque se adagia.

           Advirtiéronme , que en Minos que pintó en el infierno era retrato del Maestro de ceremonias del Papa, que en venganza de cierta injuria o ignorante descortesía de que Miguel Ángel estaba ofendido, le pintó en el infierno; de lo cual quejándose a Su Santidad y suplicándole mandase remediar aquella afrenta, le respondió, sin risa del caso, que no tenía potestad en el infierno.

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          También son admirables los Profetas y Sibilas de la bóveda, la conversión de San Pablo y el martirio de San Pedro; todo obrado con tan profunda ciencia en el arte, que a muchos se le esconde, porque están privados de la luz de la perfección del arte, y sus ojos ofuscados en ella, sin ser capaces de mirarla de hito en hito, ni poder alcanzar tanto como el Artífice.»

Vicente Carducho. Diálogos de la pintura. 1633.

 

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Un comentario

  1. May dice:

    👏🏼👏🏼👏🏼

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