Se acerca la Semana Santa y con ella la conmemoración de la pasión y muerte de Jesucristo. Artistas de todo tipo y condición han tratado este episodio a través de los siglos. La representación de Cristo crucificado es uno de los símbolos más universales de la humanidad. Las raíces de Europa son cristianas y con motivo de Pascua se celebran tradiciones ancestrales. Arquitectos, pintores y escultores fueron los encargados, a través de sus obras, de persuadir a los hombres hacia el camino de la piedad acercándoles al mensaje divino. Durante el siglo XVII Europa se vio sacudida por numerosos conflictos bélicos y epidemias, por lo que no es de extrañar que el pueblo volviera los ojos hacia Dios y los santos en busca de consuelo ante tantas desgracias.
El género religioso era el más noble y significativo que un artista podía ejercer. Las imágenes sagradas se vieron refrendadas por el concilio de Trento en oposición a la Reforma luterana. Las representaciones de la vida de Jesús y los santos se mostraban como un ejemplo eficaz en manos de la Iglesia para acercarse y enseñar al fiel. No debemos pasar por alto que España fue un país profundamente católico, al igual que muchos otros. La Iglesia era, tal vez, la principal comitente de todas las artes y oficios. Hoy me acerco al Evangelio según San Mateo (el más antiguo de los cuatro evangelios canónicos) y os muestro diversos episodios de la pasión y muerte de Cristo. Veremos cómo cada maestro ha concebido e interpretado el asunto, su fuerza expresiva y su capacidad para transmitir el sufrimiento.
Jesús y Barrabás
27:15 En cada Fiesta, el gobernador acostumbraba a poner en libertad a un preso, a elección del pueblo. 27:16 Había entonces uno famoso, llamado Barrabás. 27:17 Pilato preguntó al pueblo que estaba reunido: «¿A quién quieren que ponga en libertad, a Barrabás o a Jesús, llamado el Mesías?» 27:18 Él sabía bien que lo habían entregado por envidia.

27:19 Mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: «No te mezcles en el asunto de ese justo, porque hoy, por su causa, tuve un sueño que me hizo sufrir mucho».

27:20 Mientras tanto, los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la multitud que pidiera la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.

27:21 Tomando de nuevo la palabra, el gobernador les preguntó: «¿A cuál de los dos quieren que ponga en libertad?» Ellos respondieron: «A Barrabás». 27:22 Pilato continuó: «¿Y qué haré con Jesús, llamado el Mesías?». Todos respondieron: «¡Que sea crucificado!»

27:23 Él insistió: «¿Qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: «¡Que sea crucificado!» 27:24 Al ver que no se llegaba a nada, sino que aumentaba el tumulto, Pilato hizo traer agua y se lavó las manos lante de la multitud, diciendo: «Yo soy inocente de esta sangre. Es asunto de ustedes».

27:25 Y todo el pueblo respondió: «Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos». 27:26 Entonces, Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.

Injurias a Jesús crucificado
Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron a toda la guardia alrededor de él. 27:28 Entonces lo desvistieron y le pusieron un manto rojo.

27:29 Luego tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, pusieron una caña en su mano derecha y, doblando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: «Salud, rey de los judíos».

27:30 Y escupiéndolo, le quitaron la caña y con ella le golpeaban la cabeza. 27:31 Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron de nuevo sus vestiduras y lo llevaron a crucificar.

La crucifixión de Jesús
27:32 Al salir, se encontraron con un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo obligaron a llevar la cruz.

27:33 Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, que significa «lugar del Cráneo», 27:34 le dieron de beber vino con hiel. Él lo probó, pero no quiso tomarlo. 27:35 Después de crucificarlo, los soldados sortearon sus vestiduras y se las repartieron;

27:36 y sentándose allí, se quedaron para custodiarlo. 27:37 Colocaron sobre su cabeza una inscripción con el motivo de su condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos». 27:38 Al mismo tiempo, fueron crucificados con él dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

La muerte de Jesús
27:45 Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, las tinieblas cubrieron toda la región. 27:46 Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz: «Elí, Elí, lemá sabactani», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»

27:47 Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: «Está llamando a Elías». 27:48 En seguida, uno de ellos corrió a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber. 27:49 Pero los otros le decían: «Espera, veamos si Elías viene a salvarlo». 27:50 Entonces Jesús, clamando otra vez con voz potente, entregó su espíritu. 27:51 Inmediatamente, el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron 27:52 y las tumbas se abrieron. Muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron

27:53 y, saliendo de las tumbas después que Jesús resucitó, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a mucha gente. 27:54 El centurión y los hombres que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y todo lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: «¡Verdaderamente, este era Hijo de Dios!»

francamente emotivo.
Muchas gracias Manolo. Un fuerte abrazo.
Precioso Bárbara !!! Me ha encantado!!!!!
Este lo imprimo y lo guardo celosamente como recuerdo. Es magnifico.
Muchas gracias Mari Carmen. Un abrazo enorme.
Muchas gracias Mercedes.
Todos los libros de la santa biblia coinciden en la escencia de Dios importante los demas rellenos e historia apliquelo cada uno segun su criterio me comentan oiga porque cree en esas fabulas escribieron los hombre a su gusto regalado y siempre pienso y les digo sientan la escencia y comprenderan que viene de Dios de los cielos fuera de este mundo.