Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica, falleció en 1504 a los cincuenta y tres años de edad, probablemente víctima de un cáncer de útero. Su marido tardó poco en contraer matrimonio de nuevo siendo la elegida doña Germana de Foix, sobrina carnal de Luis XII de Francia. En 1515, don Fernando sintiendo próximo su final, solicitó objetos que hubieran pertenecido a su primera mujer. Este hecho revela que sintió por ella un verdadero afecto, ya que tuvo la necesidad de tener próximos piezas o enseres de la reina que le sirvieran de consuelo. Sorprendentemente uno de ellos fue una valiosa muñeca realizada en Flandes, que con toda seguridad llegó a España con motivo de las bodas de sus hijos Juan y Juana de Trastámara con Margarita y Felipe de Habsburgo, respectivamente.

Las muñecas de moda se enviaban de unas cortes a otras para dar a conocer las últimas tendencias que en cuestión de indumentaria se prodigaban en cada lugar. La descripción que se hizo en su momento de la citada pieza reza lo siguiente: “Una muñeca grande vestida a la flamenca, que tiene una saya de brocado pelo negro, con unas mangas anchas de dicho brocado negro forradas de armiños y una basquiña de raso carmesí con una gorguera de terciopelo negro, con dos cadenicas de oro, una al pescuezo y otra a la cabeza y otra en el tocado…Apreciada en ocho mil maravedís”. A juzgar por el texto el atuendo de la muñeca era elegante y fastuoso, lo queda confirmado por la elevada suma de su tasación.

En diferentes artículos venimos tratando acerca de la importancia del vestido como indicador del estatus social durante el Antiguo Régimen. En palabras de la socióloga María Concepción Solans en su obra La moda en la sociedad aragonesa del siglo XVI “La moda conllevaría un mundo de apariencias y novedades propuestas por las clases elevadas, reyes, nobleza, e imitadas por el resto de la sociedad, que intentaría parecerse a aquellos que considera superiores, por quienes se ven deslumbrados ya sea por prestigio o por posición social”. Durante el Antiguo Régimen la Corona desplegaba un importante boato en las grandes solemnidades, ya fueran de carácter festivo o luctuoso.

El fallecimiento de un monarca conllevaba la celebración de exequias reales. Estas ceremonias se prodigaban por toda la geografía nacional. En Zaragoza en concreto, se levantaban dos túmulos, uno en la plaza del mercado y otro en el interior de la catedral de La Seo. En el crucero del templo se colgaban grandes paños negros de bayeta o raso. El luto por el rey se prolongaba durante seis meses, siendo el tejido más adecuado el paño fino, lo que suponía un notable desembolso. Durante el tiempo de duelo se prohibía la música en las calles, las mujeres debían llevar tocas negras y los hombres la llamada loba, una vestidura larga con aberturas para los brazos.

La Real Pragmática de 1502 estableció el negro como el color más adecuado para el luto. Anteriormente a esta disposición se usaban blanco, negro, violeta y perla. En su testamento Isabel la Católica (redactado el 12 de octubre de 1504), expresó su deseo de tener unos funerales sencillos y que nadie llevara luto por ella. De hecho, solicitó que su cuerpo se vistiera con el hábito franciscano y fuera sepultado en el Monasterio de San Francisco en La Alhambra. Ya sabemos que su marido no cumplió su voluntad, ya que ordenó la construcción de la Capilla Real en Granada, encargando al escultor italiano Domenico Fancelli la realización de los sarcófagos. El 6 de febrero de 1516 llegaron los restos del rey Fernando al convento de San Francisco, allí reposaron junto a los de su mujer hasta 1521, fecha en que ocuparon su lugar definitivo en la Capilla Real de Granada. La ciudad símbolo de su victoria y de la unión de la recién estrenada España.


Muy interesante!! Barbara. Maravillosa la tabla de los Reyes Catolicos
Muchas gracias Manolo. Un fuerte abrazo.
¡Maravilloso artículo! Quisiera saber de dónde sacó usted la información de que Fernando había solicitado que le trajeran los objetos pertenecientes a su primera mujer, incluida la muñeca entre ellos. Nunca oí hablar de ella y es algo que me interesa mucho. ¡Saludos!
Lo puede consultar en el libro que cito en el artículo. Muchas gracias por su comentario y un cordial saludo.