Una fiesta barroca por las calles de Sevilla


 

Domingo Martínez. Carro de Victor y del Parnaso. Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.
Domingo Martínez. Carro de Victor y del Parnaso. Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.

          Los Carros realizados por el  pintor sevillano Domingo Martínez (1688-1749) y su taller, es una serie de ocho grandes lienzos  que describen el desfile  de carros triunfales  que tuvo lugar en las calles de  la capital hispalense con motivo de la ascensión al trono de España de Fernando VI  y Bárbara de Braganza en 1746. Tanto los festejos como los lienzos de idéntico tamaño y  marco fueron costeados íntegramente por la Real Fábrica de Tabacos, cuyo director era don José Antonio de Losada. La serie fue pintada para ilustrar el volumen sobre dicha celebración que escribió en 1748 don Ramón Cansino Casafonda.

Domingo Martinez. Carro del Pregón de la Máscara. Hacia 1748. Museo Bellas Artes. Sevilla.
Domingo Martinez. Carro del Pregón de la Máscara. Hacia 1748. Museo Bellas Artes. Sevilla. 

          Estas pinturas representan un valioso testimonio histórico ya que nos permiten acercarnos a la Sevilla de la época. El cortejo pasa por delante de la catedral, del palacio arzobispal y del ayuntamiento (cuyo piso alto todavía no estaba labrado). La ciudad aparece engalanada y abarrotada de público que observa la comitiva compuesta  por varias  carrozas fastuosamente decoradas que transportan a una  de personajes disfrazados, haciendo alusión a las futuras alegrías del nuevo reinado.  Las calles se hallan repletas de tipos populares, mientras que las personas principales  presencian el cortejo desde los balcones.

Domingo Martínez. Carro del Víctor y el Parnaso. (Detalle de la entrega de los retratos de los reyes al Ayuntamiento). Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.
Domingo Martínez. Carro del Víctor y el Parnaso. (Detalle de la entrega de los retratos de los reyes al Ayuntamiento). Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.

          Domingo Martínez, a través de sus pinceles, nos brinda una magnífica crónica visual de una  fiesta barroca. Los festejos se componían de máscaras y mojigangas que desfilaban en comparsas de personas disfrazadas, en este caso de personajes alegóricos y mitológicos que personificaban vicios y virtudes. Aparecen entre otros: Apolo y las musas (jóvenes vestidas a la moda femenina de mediados del siglo XVIII), los dioses Baco, Eolo, Vulcano, Neptuno y Cupido,  además de ninfas y sátiros; todo ello dentro de un programa iconográfico que alude al buen gobierno.  En España, al igual que en el resto de Europa, se celebraban con gran entusiasmo los acontecimientos asociados al rey y su familia como los embarazos de las reinas, el nacimiento de los príncipes e  infantes, las bodas reales o la ascensión al trono de un nuevo monarca, asimismo se festejaban las victorias militares o las canonizaciones de santos. Los escenarios de dichas celebraciones solían ser las plazas públicas convenientemente acondicionadas y ornamentadas.

Domingo Martínez. Carro del Pregón de la Máscara. Detalle de José Antonio de Losada, director de la Fábrica de Tabacos que porta el Pendón Real. (Hacia 1748). Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Domingo Martínez. Carro del Pregón de la Máscara. Detalle de José Antonio de Losada, director de la Fábrica de Tabacos que porta el Pendón Real.  Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.

          El pueblo  estaba siempre aquejado de múltiples desgracias, como las pestes o las malas cosechas que provocaban estragos debido al desabastecimiento de productos tan necesarios como el trigo, por lo que era fundamental proporcionarle esparcimiento y diversión. El propio Nicolás Maquiavelo en su obra  El príncipe publicada en 1513, recomienda al gobernante que distraiga a su pueblo con fiestas y espectáculos. Sobre las obedientes capas trabajadoras recaía la pesada carga de los impuestos ya que nobleza y clero gozaban de situación privilegiada en este sentido. El pueblo debía estar controlado y sometido, aunque mucho mejor si era  de manera voluntaria.  La fiesta era un perfecto elemento de persuasión en manos del poder, un instrumento de ostentación y propaganda.

Domingo Martinez. Carro del Aire. (detalle). Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.
Domingo Martinez. Carro del Aire. Detalle. Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.

          La cultura barroca era fundamentalmente visual, su objetivo radicaba en impresionar al espectador por lo que se gastaban  fortunas en dichas celebraciones.  Este tipo de iniciativas  han sido frecuentes a lo largo de la historia, cada época  utiliza sus “métodos” para distraer la atención general. En 1864 se estrenó en Madrid la zarzuela  Pan y toros que evocaba la célebre frase del poeta romano Juvenal “Pan y circo”. A pesar de los siglos de distancia, la élite que detenta el poder siempre  dispone de  recursos para distraer  al ciudadano, de hecho en la antigua Roma los gobernantes regalaban trigo y entradas para los espectáculos del circo a los más desfavorecidos. Si tenéis  ocasión de acercaros al Museo de Bellas Artes de Sevilla no dejéis de ver estas pinturas, una de las principales serie del Barroco español.

Domingo Martinez. Carro del Parnaso. Detalle. Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.
Domingo Martinez. Carro del Parnaso. Detalle. Hacia 1748. Museo de Bellas Artes. Sevilla.

3 Comentarios

  1. Stella Cerón R dice:

    Hermosísimos tapices. Me encanta el carro dorado, que debió ser obra de artesano muy calificados. El pueblo goza y año tras año, siglo tras siglo, construye sus carnavales para olvidar sus penas; esto nunca termina!
    Gracias Barbara, volveremos a Sevilla.

    1. Bárbara dice:

      Así es Stella, cada época tiene sus entretenimientos. Muchas gracias por tu comentario y un cordial saludo.

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