
Los Carros realizados por el pintor sevillano Domingo Martínez (1688-1749) y su taller, es una serie de ocho grandes lienzos que describen el desfile de carros triunfales que tuvo lugar en las calles de la capital hispalense con motivo de la ascensión al trono de España de Fernando VI y Bárbara de Braganza en 1746. Tanto los festejos como los lienzos de idéntico tamaño y marco fueron costeados íntegramente por la Real Fábrica de Tabacos, cuyo director era don José Antonio de Losada. La serie fue pintada para ilustrar el volumen sobre dicha celebración que escribió en 1748 don Ramón Cansino Casafonda.

Estas pinturas representan un valioso testimonio histórico ya que nos permiten acercarnos a la Sevilla de la época. El cortejo pasa por delante de la catedral, del palacio arzobispal y del ayuntamiento (cuyo piso alto todavía no estaba labrado). La ciudad aparece engalanada y abarrotada de público que observa la comitiva compuesta por varias carrozas fastuosamente decoradas que transportan a una de personajes disfrazados, haciendo alusión a las futuras alegrías del nuevo reinado. Las calles se hallan repletas de tipos populares, mientras que las personas principales presencian el cortejo desde los balcones.

Domingo Martínez, a través de sus pinceles, nos brinda una magnífica crónica visual de una fiesta barroca. Los festejos se componían de máscaras y mojigangas que desfilaban en comparsas de personas disfrazadas, en este caso de personajes alegóricos y mitológicos que personificaban vicios y virtudes. Aparecen entre otros: Apolo y las musas (jóvenes vestidas a la moda femenina de mediados del siglo XVIII), los dioses Baco, Eolo, Vulcano, Neptuno y Cupido, además de ninfas y sátiros; todo ello dentro de un programa iconográfico que alude al buen gobierno. En España, al igual que en el resto de Europa, se celebraban con gran entusiasmo los acontecimientos asociados al rey y su familia como los embarazos de las reinas, el nacimiento de los príncipes e infantes, las bodas reales o la ascensión al trono de un nuevo monarca, asimismo se festejaban las victorias militares o las canonizaciones de santos. Los escenarios de dichas celebraciones solían ser las plazas públicas convenientemente acondicionadas y ornamentadas.

El pueblo estaba siempre aquejado de múltiples desgracias, como las pestes o las malas cosechas que provocaban estragos debido al desabastecimiento de productos tan necesarios como el trigo, por lo que era fundamental proporcionarle esparcimiento y diversión. El propio Nicolás Maquiavelo en su obra El príncipe publicada en 1513, recomienda al gobernante que distraiga a su pueblo con fiestas y espectáculos. Sobre las obedientes capas trabajadoras recaía la pesada carga de los impuestos ya que nobleza y clero gozaban de situación privilegiada en este sentido. El pueblo debía estar controlado y sometido, aunque mucho mejor si era de manera voluntaria. La fiesta era un perfecto elemento de persuasión en manos del poder, un instrumento de ostentación y propaganda.

La cultura barroca era fundamentalmente visual, su objetivo radicaba en impresionar al espectador por lo que se gastaban fortunas en dichas celebraciones. Este tipo de iniciativas han sido frecuentes a lo largo de la historia, cada época utiliza sus “métodos” para distraer la atención general. En 1864 se estrenó en Madrid la zarzuela Pan y toros que evocaba la célebre frase del poeta romano Juvenal “Pan y circo”. A pesar de los siglos de distancia, la élite que detenta el poder siempre dispone de recursos para distraer al ciudadano, de hecho en la antigua Roma los gobernantes regalaban trigo y entradas para los espectáculos del circo a los más desfavorecidos. Si tenéis ocasión de acercaros al Museo de Bellas Artes de Sevilla no dejéis de ver estas pinturas, una de las principales serie del Barroco español.

Hermosísimos tapices. Me encanta el carro dorado, que debió ser obra de artesano muy calificados. El pueblo goza y año tras año, siglo tras siglo, construye sus carnavales para olvidar sus penas; esto nunca termina!
Gracias Barbara, volveremos a Sevilla.
Así es Stella, cada época tiene sus entretenimientos. Muchas gracias por tu comentario y un cordial saludo.