
En nuestro interés por la historia de la mujer y sus circunstancias, hoy traemos a colación La perfecta casada. Se trata de una obra escrita en pleno Renacimiento que versa sobre el papel y las funciones de una buena cristiana en lo que respecta al matrimonio, la maternidad y la familia, entre otras cuestiones. Aunque han transcurridos siglos, gran parte de las virtudes que se consideraban depositarias de la esposa están a la orden del día. Los medios de comunicación tratan habitualmente los derechos de la mujer y las mejoras, que en algunos casos, es preciso alcanzar. A pesar del enorme avance que se ha producido en tan solo unas décadas, no parece que nuestra sociedad sea muy consciente del tortuoso y lento camino recorrido para alcanzar la igualdad. Hasta bien entrado el siglo XX la instrucción femenina ha sido, cuanto menos, deficiente. Las niñas recibían unos conocimientos básicos, tales como leer, escribir, hacer cuentas y costura; habilidades fundamentales para ejercer su labor como futuras amas de casa. Las pertenecientes a clases acomodadas normalmente recibían una instrucción algo más completa, normalmente música y el aprendizaje de idiomas.

La perfecta casada fue escrita por el agustino Fray Luis de León (1527-1591) y publicada en Madrid en 1583. El autor es una de las figuras cumbres de la literatura castellana del siglo XVI. Catedrático universitario, traductor de la Biblia, escritor y poeta, llegó a sufrir prisión durante cuatro años. La perfecta casada es un reflejo y un producto de la sociedad de su momento, la muy católica España de Felipe II. A través de sus páginas el autor elabora una pormenorizada reflexión sobre la manera de enfocar las distintas situaciones de la vida matrimonial. La esposa debía ser modelo de decencia, honestidad y pudor. Muchas de estas exigencias se han mantenido hasta el siglo XXI, y son tantas que se nos hace difícil que exista mujer alguna con tales dones, es decir, siempre entregada a sus obligaciones, hacendosa, virtuosa y prodigando un carácter excelente.

La vida de la esposa estaba por entero circunscrita al hogar. Sus obligaciones radicaban fundamentalmente en el cuidado del marido, hijos y familia además de las personas a su cargo como los criados. También se ocupaba de todo lo relacionado con la buena marcha de la vida cotidiana, en la cual tenían un papel fundamental la comida y la ropa. En cualquier caso, el asunto crucial residía en ser la depositaria del honor de la familia, la virtud más preciada y considerada durante el Antiguo Régimen. La mujer debía casarse virgen y ser fiel a su marido, una adúltera o una hija soltera desflorada constituían una auténtica tragedia.

Fray Luis rechaza los gastos excesivos y apuesta por la contención, considerando del todo superfluo el lujo en la indumentaria. Las señoras debían vestir según su estatus pero sin hacer ostentación de riqueza. Siguiendo con los valores femeninos, la casada debía ser para su marido: “perpetua causa de alegría y de descanso” además de discreta, religiosa y trabajadora. El fraile piensa que las mujeres aunque tienen uso de razón, son vagas: “es la mujer más inclinada al regalo y más fácil a enmollecerse y desatarse en el ocio, tanto el trabajo le conviene más”. Todo esto nos parece del todo anacrónico y falto de rigor, aunque es preciso recalcar que no debemos enfocarlo con la mentalidad actual.

Por último, destacar un par de cuestiones que resultan bastante modernas. La primera, que las madres deben alimentar ellas mismas a sus hijos recién nacidos y no dejarlos en manos de amas de cría. Era costumbre que las damas de la realeza y clases pudientes entregaran sus bebes a las amas. Un ejemplo de lo contrario fue el de Juana la Loca, ya que se tiene constancia amamantó a varios de sus hijos. Fray Luis de León consideraba que la leche materna no solo alimentaba al hijo, sino que a través de ella el bebé recibía una serie de virtudes. La segunda, que su tarea no consiste en traer muchos niños al mundo sin más, sino en hacerlo con sentido común y equilibrio: “no ponga en parir muchos hijos, sino en criar pocos buenos”, lo que hoy llamamos paternidad responsable.
Si Fray Luis de León volviera al aula de la Universidad de Salamanca donde impartió clases, ( ciudad y Universidad a la que yo tengo mucho cariño, inculcado por mi padre que estudió allí la carrera de derecho y tenía su carnet firmado de puño y letra por Don Miguel de Unamuno que entonces era Rector de la Universidad ) después de haber estado preso por la Inquisición casi tres años, seguramente se encontraría con más alumnas que alumnos, no obstante repetiría la célebre frase; » Como decíamos ayer».
No se yo si soy de las que le proporciono a mi marido alegría y descanso…. bueno hago lo que puedo, claro que él también. Me ha encantado este texto felicidades!
Qué entretenido!!! Lo más graciososo es que además de tener que ser «perfectas casadas», tambien hay que ser hombres en el trabajo, cocineras, doncellas,institutrices,cocheras… y un sinfín de oficios que la vida moderna ha puesto a nuestro alcance!!!!
¡Qué suerte tenemos!Enhorabuena por tu blog Barbara escribes mu requetebien.
Muchas gracias, espero que te hagas adicta.
La verdad es que la mujer de hoy lo tiene en algunas cosas mas complicado que en el siglo XVI, ja ja…
Muchos besos.
Enhorabuena Barbara por tu relato. Estoy de acuerdo, a veces es impensable que los pensamientos de siglos atrás sean un acierto en el XXI. Puedo apuntar algo para las futuras casadas? Para la boda tengo un hijo camara fantastico ALVAROPUJOL.com, el cual dejará constancia del compromiso que «supone» según Fray Luis de León y «otros»
Besos.
Muchas gracias Cristina por tu comentario. Si te apetece ser seguidora del blog no tienes mas que introducir tu correo en la ventana que pone SEGUIR en el margen inferior derecho. Si alguien me pregunta tendré muy en cuenta a tu hijo.
Un fuerte abrazo.
O sea una muneca hinchable que sea a la vez robot de cocina, television (o sea ninera), maquina de coser, wifi y robot de asistencia medica con apps de sicologia, calendario y espiritualidad. Todo llegara..Yo tambien quiero una!
¡¡Ja ja!! Verdaderamente aunar tantas virtudes y capacidades es sencillamente imposible.
me encanta ver que no soy la única que en veces quieres regresar a ser la sumisa y entregada al marido y al familia! jajaja Esto de ser amante, robotina, esposa, profesionista exitosa, cocinera, buena anfitriona en fiestas, etc etc es demasiado!pero lo bueno es ver que todas intentamos serlo peeero el detalle está en ¿Quién nos «liberó y porqué»? les comparto esta carta super divertida que la hace una mujer moderna y profesionista la cual es un tipo monólogo explicando que ya está cansada de tener que cumplir con todos y tantos roles de hoy en día, aquí el link: http://istmocentroamericano.blogspot.mx/2010/01/por-si-no-lo-escucharon-monologo-dicho.html
saludos guerreras!!!
Muchas gracias por tu divertido comentario. Verdaderamente creo que siempre se ha exigido mucho a la mujer en su papel de esposa y madre ejemplar; ahora a esos dos roles se ha sumado el de profesional fuera de casa. Si tienes ocasión de leer «La perfecta casada» verás como Fray Luis de León apostaba por un tipo de mujer tan ejemplar que francamente dudo que haya existido.
exlente………….la obra
Si, la obra es muy interesante. Muchas gracias.
te felicito me parce muy lindo e ingenioso que hagas esto hoy en dia algunas mujeres cumplimos el rol de padres trabajamos y muchas cosas mas no solo somos amas de casa TE FELICITO POR LO Q NOS HAS ENTRAGADO (enseñanzas) ERES MUY BUENA SIGUE ASI !!! EXITOS !!!
Muchísimas gracias por tus palabras Patty. La mujer siempre ha sido una luchadora. Un saludo.
Muchas gracias por tu comentario Patty. Un saludo.
Excelente lectura histórica, sumergirse en el pasado de la humanidad, investigar por largo tiempo para enriquecer el intelecto y de manera tan clara, tan objetiva. Gracias.
Muchas gracias por tu comentario. Es una obra muy interesante que nos ayuda a comprender. Un saludo.
La perfecta casada hoy no existe y tal ves nunca existió, al leer un poco de historia parecería que se aburrían profundamente y por ello, entre otras cosas, se solazaban en inquietos brazos y muchas debieron criar y amamantar a varios muchachitos con diferentes genes, pero una sola cara: la del marido.
Gracias Barbara excelente tu historia
La perfecta casada hoy no existe y tal ves nunca existió, al leer un poco de historia parecería que se aburrían profundamente y por ello, entre otras cosas, se solazaban en inquietos brazos y muchas debieron criar y amamantar a varios muchachitos con diferentes genes, pero una sola cara: la del marido.
Gracias Barbara excelente tu historia
Muchas gracias por tu comentario. Es una obra muy interesante que invita a la reflexión. Un cordial saludo.
¡Qué artículo tan interesante! Yo también he quedado encantado con La Perfecta Casada. Es una obra de prosa que sintetiza las características del género femenino en pleno Antiguo Régimen y el pensamiento cristiano. De forma indirecta, veremos que alaba la vida sencilla.
Con una indudable misoginia, es decir, con un claro rechazo hacia las mujeres, el autor plasma las funciones de una mujer cristiana en el ámbito familiar y matrimonial. Fray Luis defiende que sus obligaciones radican en el cuidado de la familia y de la casa. También resalta la importancia de que una mujer debía mantenerse virgen hasta el matrimonio y perseguir los siguientes objetivos para mejorar en la vida terrenal: ser dispuesta, entregada y bondadosa.
Posteriormente yo me pregunté si su pertenencia a la orden de los agustinos tenía alguna repercusión en la obra.
Tras enfocarme en las características de esta orden, me he dado cuenta que sí influye.
“ Consiste en dos cosas: en que no sea costosa y en que sea hacendosa”
La Perfecta Casada, Capítulo 3, Fray Luis de León
“Las mujeres se vistan decentemente, y su aderezo sea modesto y templado, sin cabellos encrespados, y sin oro y perlas, y sin vestiduras preciosas, sinó cual conviene a las mujeres que han profesado virtud y buenas obras.”
La Perfecta Casada, Capítulo 12, Fray Luis de León
Como podemos observar, la ideología de Fray Luis prescinde totalmente de gastos excesivos y lujos. Fray Luis denomina superficial e irrelevante la ostentación de riqueza en el ámbito, por ejemplo, de la vestimenta. Esto tiene cierta relación con su membresía a la orden de los agustinos. Como ya sabemos, Fray Luis mantenía una buena relación con la Orden de los Jesuitas, puesto que ambas órdenes tenían una ideología bastante similar: desarrollo de la vida interior, una diligente entrega al trabajo manual e intelectual y la profundización en la educación.
De este modo, Fray Luis prescinde de ostentar riqueza mediante la vestimenta de una mujer, ya que su objetivo real es otro: alcanzar las metas mencionadas anteriormente con el fin de mantenerse pioneros económicamente y educacionalmente.
Muchas gracias por tu interesantísimo comentario. Un saludo muy cordial.
Nunca olvido esta maravillosa obra. 🙏🏼
Barbara, cuantas gracias te doy…! Interesantísimos siempre tus artículos!! Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras Ángel. Un fuerte abrazo.