La casaca


          La casaca o justacorps es una de las prendas más importantes de la historia de la indumentaria. Apareció en la vida civil francesa en la década de los 60 del siglo XVII. La casaca, se ceñía al cuerpo con pliegues laterales; mientras los bolsillos se disponían horizontalmente llevando solapa. En un principio tenía mangas cortas que dejaban asomar otras debajo, pero a partir de 1675 se volvieron largas y estrechas, ensanchándose al llegar al codo en amplias vueltas; por esta silueta fueron denominadas mangas de “botas”. La pieza, que llegaba hasta las rodillas, tenía aberturas en la parte posterior y en los laterales y bolsillos bajos en la delantera.

Jacob-Ferdinand Voet. Luis Francisco de la Cerda, IX duque de Medinaceli. Hacia 1684. Museo del Prado. Madrid.
Jacob-Ferdinand Voet. Luis Francisco de la Cerda, IX duque de Medinaceli. Hacia 1684. Museo del Prado. Madrid.

          En torno a 1690 adquirió más vuelo por detrás a través de unos pliegues en forma de abanico. La casaca tuvo un gran protagonismo por sí misma ya que cubría completamente la chupa y los calzones; por tanto ofrecía espacio para desplegar decoraciones y bordados, además dejaba asomar los puños de la camisa. A partir de la segunda mitad del siglo XVII la moda europea siguió los designios de la corte francesa. El poder llevar determinados atuendos gozaba de gran prestigio, según relata Voltaire en El siglo de Luis XIV:

          “Para distinguir a sus principales cortesanos inventó casacas azules bordadas de oro y plata. El permiso para usarlas era un gran favor para hombres a quienes guiaba la vanidad. Se las pedía casi como el collar de la orden. Puede hacerse notar, ya que tratamos aquí de pequeños detalles, que en aquel tiempo se llevaban las casacas encima de un jubón adornado con cintas, y sobre la casaca pasaba un tahalí del cual colgaba la espada. Usaban una especie de valona de encaje y un sombrero adornado con dos hileras de plumas. Esta moda duró hasta 1684 y se siguió en toda Europa, excepto en España y Polonia. En casi todas partes se preciaban de imitar la corte de Luis XIV”.

          La llamada “casaca de patente” estaba destinada a unos pocos elegidos. Unos sesenta caballeros gozaban de este inmenso privilegio que les daba la posibilidad de poder acompañar al rey sin ninguna otra autorización especial.

Claude-Guy Hallé. Las disculpas a Luis XIV por el Dux de Génova Francesco Maria Lercari Imperiale, 15 de mayo 1685. 1715. Palacio de Versalles.
Claude-Guy Hallé. Las disculpas a Luis XIV por el Dux de Génova Francesco Maria Lercari Imperiale, 15 de mayo 1685. 1715. Palacio de Versalles.

          El traje francés compuesto por casaca, chupa y calzones se denominó en España “vestido a la moda” o “a la francesa” y fue introducido en la corte madrileña a raíz del matrimonio de Carlos II con la princesa María Luisa de Orleans, sobrina carnal de Luis XIV. La casaca, también se denominó chamberga por el atuendo que lucía el Cuerpo Real de Madrid creado por Mariana de Austria en 1669. Este cuerpo  pasó a llamarse el ejército de la chamberga o chambergos en clara alusión a su uniforme usado por el mariscal francés Schomberg, que introdujo la nueva prenda. En 1680 se documenta por primera vez la aparición del término:

          “casaca ancha cuya longitud passaba de las rodillas; su aforro volvía sobre la tela de que era la casaca, con una faxa de quatro a seis dedos de ancho de arriba abaxo por ambos lados; las mangas algo más anchas de lo que se usan ahora, y más cortas también con una vuelta del mismo aforro”.

Jean-Baptiste-Siméon Chardin. El niño de la peonza. 1738. Museo del Louvre. París.
Jean-Baptiste-Siméon Chardin. El niño de la peonza. 1738. Museo del Louvre. París.

          La casaca que se impuso durante el reinado de Felipe V tenía rectos los delanteros e iba cuajada de botones de arriba abajo, aunque sólo se cerraban algunos por lo que los ojales presentaban decoración. En los conjuntos más lujosos los botones se contaban por decenas, llegando incluso a sobrepasar tres destinadas a la casaca y similar cantidad para la chupa.  El cuello era a la caja debido al uso de grandes pelucas, las vueltas de las mangas alcanzaban el codo y se decoraban con ojales y botones. Esta prenda presentaba mucho vuelo debido a los grandes pliegues que partían de la cintura y que arrancaban de un botón constando de tres aberturas, dos en los laterales y una en la parte posterior, su cometido residía en dejar espacio a la espada que se colocaba atada a un cinturón y era un elemento imprescindible en la indumentaria de un caballero.

Miguel Jacinto Meléndez. Felipe V cazador. 1712. Museo Cerralbo. Madrid.
Miguel Jacinto Meléndez. Felipe V cazador. 1712. Museo Cerralbo. Madrid.

          La confección de la casaca era compleja, constaba normalmente de dos piezas delanteras, dos para la espalda (todas con forma en la sisa), cuello y mangas; la costura se encontraba en el centro de la espalda. Para dotar a la prenda de volumen  se colocaban entretelas de lienzo fuerte, en ocasiones con borra y crin de caballo; el objetivo residía en que los faldones quedaran tiesos. Por su parte, los ojales al ser decorativos podían presentarse cerrados. Nos encontramos ante una pieza emblemática de la historia de la Indumentaria, cuyo uso perduró hasta comienzos del siglo XIX y cuya evolución derivó en el frac, pero eso ya es otra historia.

Casaca. Hacia 1730-1740. Museo de Artes Decorativas, Colección Moda y Textil. París.
Casaca. Hacia 1730-1740. Museo de Artes Decorativas, Colección Moda y Textil. París.
Traje masculino a la francesa. Hacia 1755-1765. Reino Unido. Lana, seda. Metropolitan Museum. Nueva York.
Traje masculino a la francesa. Hacia 1755-1765. Reino Unido. Lana, seda. Metropolitan Museum. Nueva York.
Maurice Quentin de La Tour. Autorretrato. Hacia 1750. Museo de Picardía.
Maurice Quentin de La Tour. Autorretrato. Hacia 1750. Museo de Picardía. Amiens.

           

 

 

 

6 Comentarios

  1. Manuel Domíngurz dice:

    Muchas gracias querida

    1. Bárbara dice:

      A ti. Un fuerte abrazo.

  2. Manuel S. dice:

    Muy interesante Barbara, la prenda debía ser incomodiiiisima!!!!!!

    1. Bárbara dice:

      Probablemente Manolo, y muy pesada por los rellenos y la gran cantidad de botones y bordados en los ejemplos más lujosos. Gracias por comentar.

  3. Marta Ophélie dice:

    Muchas gracias por este artículo que me hubiera encantado encontrarlo más temprano ya que desde hace un día que llevo buscando informaciones y los resultados aparecen bastante contradictorios. Al contrario, su artículo es bien claro!
    Me gustaría hacerle una consulta sobre una vestimenta que querría poder identificar. Dicha prenda se encuentra en un cuadro. Cómo podría contactarla?
    Le dejo en todo caso mi correo electrónico.
    Muchas gracias por su blog!

  4. Bárbara dice:

    La casaca aparece plenamente tratada en «La moda. Historia del traje en Europa desde los orígenes a nuestros días» de Max von Boehn. Barcelona, Salvat, 1950. Es muy probable que lo encuentre en cualquier biblioteca. También puede visitar la página del Museo del Traje de Madrid donde hay varios artículos colgados sobre la indumentaria en el siglo XVIII como por ejemplo el artículo «Casaca masculina rococó». También puede consultar «Breve historia del traje y la moda». Madrid, Cátedra, 1988. So le puedo resolver alguna duda no dude en mandarme su correo electrónico. Atentamente: Bárbara Rosillo

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