Mi visita a Cheverny, el castillo del capitán Haddock


En la fachada principal.
En la fachada principal.

          Ante una inmensa pradera verde cuajada de árboles centenarios y rodeado de bellos jardines, se alza Cheverny, uno de los más afamados castillos del valle del Loira, no solamente por su historia, sino también porque forma parte de Las aventuras de Tintín bajo el nombre de castillo de Moulinsart, la casa de campo del capitán Haddock.

Maravillosa fachada principal.
Fachada principal.

          Cheverny fue una de las primeras residencias privadas en abrir sus puertas al público, concretamente en 1922.  La propiedad pertenece a la misma familia desde hace más de seis siglos, los Hurault. Una estirpe de financieros y militares que prestaron sus servicios a diversos reyes de Francia. A lo largo de tan dilatado espacio de tiempo, Cheverny escapó dos veces de los Hurault siendo recuperada de nuevo, circunstancia que a nuestro parecer, hacen a este castillo del todo especial. La primera en el siglo XVI, cuando Diana de Poitiers lo adquirió para supervisar los trabajos de acondicionamiento del castillo de Chaumont sur Loire, tras haber sido expulsada de Chenonceau por Catalina de Medicis, tras su caída en desgracia al morir su amante Enrique II. La segunda vez tuvo lugar en el siglo XVIII, tras lo cual pasó entonces por diversas manos hasta que Anne-Victor Hurault, marqués de Vibraye, lo recuperó en 1825.

En el salón principal.
En el salón principal.

       Durante la revolución francesa, el castillo perteneció a Jean Nicolas Dufort de Cheverny, introductor de embajadores. De este modo, evitó su destrucción gracias a las cualidades diplomáticas de su propietario. Cheverny está abierto todos los días del año y solo ha cerrado sus puertas por unas horas, en tres ocasiones: con motivo de la visita de la Reina Madre de Inglaterra en 1963, el día del funeral del marqués de Vibraye en 1976 y el día de la boda del actual propietario, el 26 de noviembre de 1994. El castillo está actualmente ocupado por los descendientes de los Hurault, el marqués y la marquesa de Vibraye, cuyos aposentos se encuentran en el ala derecha.

Comedor.
Comedor.

         De la fortaleza primitiva edificada en 1500 sólo quedan algunos vestigios. Entre 1624 y 1640 el conde Henri Hurault y su esposa Marguerite Gaillard de la Molinière (de ahí las iniciales H y M que se pueden observar a lo largo de la visita) hacen construir un nuevo castillo. Pero los trabajos son de tal envergadura, que ninguno de los dos verá concluida “la maravilla nacida del amor”. Su hija Elisabeth, marquesa de Montglas, se encargó de poner el broche final a la decoración de sus interiores. El resultado es magnífico y justifica a la Grand Mademoiselle, hija de Gastón de Orleans, que calificó a Cheverny como el “palacio encantado”.

Fachada trasera.
Fachada trasera.

            La suntuosa decoración interior es obra de Jean Monier que gozó de la protección de la reina María de Médicis, quien lo envió a Italia a ampliar su aprendizaje. A su regreso trabajó en el palacio de Luxemburgo de Paris para más tarde regresar a Blois, su ciudad natal. A Monier se le debe el techo de la Sala de Armas, cuyas vigas aparecen pintadas con los más variados colores y decoraciones siguiendo el estilo francés.

Jardines.
Jardín.
Jardín.
Jardín.
Jardín.
Jardín.

          Tras la visita al interior del castillo, que destaca por su refinamiento y esmerada decoración donde se pueden observar diversos estilos de mobiliario y ornamentación entre los siglos XVII y XIX, el visitante accede a un precioso jardín con fuentes y todo tipo de flores que invitan a sentarse un rato a disfrutar, tal y como hicimos. La visita a Cheverny es altamente recomendable, no solamente por ser una suntuosa residencia nobiliaria, sino también por su atmósfera, ya que se aprecia el cuidado y esmero que han puesto sus propietarios en ofrecer una espléndida visita a todos los que se acerquen a él.

Leyendo el prospecto del castillo.
Leyendo el folleto del castillo.

Fotos: Juan Ferrandis

Un comentario

  1. julio gomez dice:

    Hola Barbara,

    Me gusto mucho tu narracion sobre tu visita a Cheverny, especialmente tus fotos ! Que otros castillos visitastes en el Loira ?

    Saludos

    Julio Bosco Gomez

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