Las depresiones de Felipe V


          Podemos pensar que la depresión, la ansiedad, la angustia o algunas fobias son enfermedades provocadas por el modo de vivir actual, pero en realidad gran parte de ellas han existido siempre. Constantemente se trata de ellas en los medios de comunicación, y es probable que conozcamos a personas que padecen este tipo de dolencias. La medicina proporciona ayuda e incluso cura, pero antiguamente no había remedio ni gran compresión hacia estos complejos trastornos. Hoy vamos a hablar sobre un enfermo ilustre, Felipe de Borbón, nacido duque de Anjou, y rey de España bajo el nombre de Felipe V desde 1700 a 1746. Nuestro monarca sufría de “melancolías”, es decir, de depresión, tal vez en parte heredada de su madre María Ana Victoria de Baviera, que también la padeció hasta el punto de recluirse en sus habitaciones sin querer ver a nadie.

Jean Ranc. Felipe V de España.1723. Museo del Prado
Jean Ranc. Felipe V de España.1723. Museo  Nacional del Prado. Madrid.

         Felipe V fue educado en una piedad exagerada, lo que le provocó muchos escrúpulos a lo largo de su vida. Uno de los principales rasgos de su carácter era una profunda timidez, a lo que se unía cierta debilidad de ánimo. Todo ello le condujo a ser indeciso, influenciable y manejable. Nuestro rey contrajo matrimonio dos veces, la primera con María Luisa de Saboya que le dio cuatro hijos varones, falleciendo de tuberculosis con tan solo 25 años. A pesar de tener la sucesión asegurada, Felipe volvió a casarse a los siete meses de enviudar. La elegida fue Isabel de Farnesio, mujer de fuerte personalidad y desmedida ambición con la que tuvo siete hijos. Al ser tan religioso no concebía las relaciones íntimas fuera del matrimonio, pero como era muy activo sexualmente, precisaba de una mujer a su lado que cubriera sus necesidades. Felipe e Isabel no solo compartían habitación sino la misma cama, hecho insólito en la corte española donde siempre habían existido las habitaciones del rey y de la reina.

Jean Ranc. La familia de Felipe V. 1723. Museo Nacional del Prado. Madrid.
Jean Ranc. La familia de Felipe V. 1723. Museo Nacional del Prado. Madrid.

          Las tareas de gobierno le resultaban una carga tan pesada, y tal era su desinterés y abulia, que decidió abdicar en 1724 a favor de su hijo mayor Luis para retirarse a su palacio de La Granja de San Ildefonso. Desgraciadamente, Luis I murió unos meses después víctima de la viruela, por lo que Felipe, muy a su pesar, tuvo que reasumir sus funciones. Los desequilibrios mentales que padecía fueron agravándose con el tiempo, de tal manera que pasaba días enteros sin salir de la cama preso de una gran tristeza, sin lavarse, dormía de día y estaba despierto de noche, obsesionado con la muerte y con un comportamiento disparatado. Hoy en día un tratamiento adecuado le hubiera ayudado a mitigar tanto dolor, pero a Felipe V lo único a su alcance que le aliviaba era la música.

Palacio de La Granja de San Ildefonso. Segovia.
Palacio de La Granja de San Ildefonso. Segovia.

          En 1737 Isabel de Farnesio se decidió a contratar a Farinelli, un castrado italiano muy célebre por su prodigiosa voz. En aquella época se creía que la música era un buen remedio para los males del alma. Cuando el rey le oyó quedó fascinado y fue contratado como músico de cámara con un sueldo anual de 135.000 reales de vellón. Farinelli actuaba a diario hacia la medianoche cuando el rey había tomado su almuerzo, normalmente acompañado por un trío de cuerda. Durante su estancia en España nunca cantó para el público, solamente para la familia real. Farinelli no curó a Felipe V, pero seguramente le alivió y le produjo sosiego en muchos momentos.

Japoco Amigoni. Retrato de Carlo Broschi, llamado Farinelli. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid. En este retrato se le representa con la Cruz de Calatrava.
Japoco Amigoni. Retrato de Carlo Broschi, llamado Farinelli. Hacia 1750. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid. 

 

3 Comentarios

  1. javyto83 dice:

    Muy interesante, leí recientemente un libro sobre ello y es sorprendente el comportamiento que llegó a tener. Gran trabajo.

    1. Bárbara dice:

      Verdaderamente sorprende lo que cuentan algunos de sus biógrafos. Muchas gracias por su comentario.Un saludo,

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