El parque El Capricho


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       El parque El Capricho se encuentra en la madrileña Alameda de Osuna. Con una superficie de 14 hectáreas, su origen se remonta a 1784 cuando los Duques de Osuna compraron esta finca con el fin de alejarse de la ciudad y dar rienda suelta a sus inquietudes artísticas. La duquesa de Osuna, doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente, fue la principal impulsora de este proyecto. Doña María Josefa está considerada como una de las aristócratas españolas más cultas y refinadas de su tiempo, protectora y mecenas de artistas, literatos y toreros. El Capricho se convirtió en un precioso vergel frecuentado por  personalidades ilustres en el que trabajaron prestigiosos artistas, jardineros y escenógrafos.

Francisco de Goya. María Josefa de la Soledad, duquesa de Osuna, o La condesa de Benavente. 1785. Colección particular.
Francisco de Goya. María Josefa de la Soledad, duquesa de Osuna, o La condesa de Benavente. 1785. Colección particular.

          El ducado de Osuna es uno de los títulos principales de la Grandeza española. Fue otorgado por Felipe II el 5 de octubre de 1562 a don Pedro Téllez- Girón, V conde de Ureña y señor de la ciudad de Osuna. Durante buena parte del siglo XIX fue la casa nobiliaria más importante de nuestro país, ya que el duque llegó a ostentar veinte Grandezas y un inmenso patrimonio. El nieto de nuestra protagonista, don Mariano Téllez- Girón y Beaufort-Spontin, XII duque de Osuna, heredó el título de su hermano el 29 de agosto de 1844. Don Mariano llevó una existencia de auténtico derroche y excentricidad que desembocaría en una estrepitosa ruina económica, siendo el último morador de la familia en la Alameda de Osuna. A su muerte, la finca hubo de ser subastada para liquidar las deudas. La familia Baüer se convirtió en la nueva propietaria del parque. A pesar de que mantuvieron el paraje en un aceptable estado de conservación, su decadencia ya no tenía marcha atrás y por desgracia, fueron vendiéndose sus pertenencias.

Francisco de Goya. Los duques de Osuna y sus hijos. Hacia 1787-1788. Museo del Prado.
Francisco de Goya. Los duques de Osuna y sus hijos. Hacia 1787-1788. Museo Nacional del Prado. Madrid.

        Al parque se accede por una plaza circular, en la que se celebraron corridas de toros y que desemboca en el Paseo de los Duelistas, con dos esculturas que representan la distancia que separa a dos personas que se baten a muerte. Más adelante, la Plaza de los Emperadores, con los bustos de doce emperadores romanos, y la Exedra, una construcción descubierta de planta semicircular y reminiscencias clásicas, llevan al visitante a los jardines anteriores al palacio. El paisajismo de El Capricho se manifiesta en tres tipos de jardines clásicos: el parterre o jardín francés, el paisajista inglés y el “giardino” italiano. Delante de la fachada oeste del palacio se extiende el parterre, con sus setos recortados. En la parte baja se sitúa el italiano, el espacio más antiguo de la finca, que mezcla los setos con rincones arbolados en ofrecen una agradable sombra. Cerca de éste, el laberinto, ideado para los escondites, está construido  con laurel y respeta los planos del que se plantó en vida de la duquesa. Por último, el resto del parque está concebido como un típico jardín inglés, evocando una naturaleza en estado puro que invita al paseo. En él abundan árboles del amor, olmos, almendros, encinas y lilos, que en primavera llenan el paseo de espectacular colorido.

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          Por su parte, el palacio -del que sólo se conservan las paredes- tiene tres plantas, rematadas por cuatro torreones. En el interior de la construcción, hoy dependiente del ministerio de Cultura, se distribuían las dependencias del servicio pero también un majestuoso salón de baile, comedores, una biblioteca que llegó a contar con 6.000 volúmenes, y las alcobas y gabinetes de los miembros de la familia. Gran impulsora de las artes, las habitaciones privadas de la familia estuvieron decoradas con obras de los más importantes artistas de la época de tal manera que El columpio, Las cuatro estaciones, La merienda campestre o La pradera de San Isidro de Goya, fueron pintados para las dependencias de la doña Josefa.

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        Cerca del palacio se encuentra el templete de Baco, una construcción de estilo clásico con planta ovalada, rodeada de doce columnas jónicas y situado sobre un promontorio. La finca cuenta con una serie de edificaciones de carácter efímero y singular. Para el entretenimiento y el juego se levantó un fortín, con foso y cañones incluidos, en el que da comienzo la ría que recorre gran parte del jardín. La Casa de la Vieja, que recuerda el modo de vida de las clases populares, o la ermita, de aspecto ruinoso y en la que habitó un ermitaño que sorprendía a quienes se perdiesen por el parque.

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        El agua es un elemento omnipresente a lo largo de todo el paseo. Así, una ría navegable y de trazado sinuoso une la zona de juegos con el lago y continúa hasta el Casino de Baile, obra de Martín López Aguado, al que se accede a través de un pequeño embarcadero, denominado Casa de Cañas. Decorado con espejos y un gran fresco, en su planta superior y  terraza los duques celebraban fiestas. El parque el Capricho fue obra de una de las principales damas ilustradas  de su tiempo. La inglesa lady Holland la describió como “la mujer más distinguida de Madrid por sus talentos, mérito y gusto”. Por todos estos motivos, os recomendamos una visita a este parque madrileño en el que se respira sensibilidad, elegancia y encanto.

Parque El Capricho