
París 22, 11 noche. (Recibido con gran retraso.)
«Esta mañana se ha descubierto en el Museo del Louvre un robo sensacional. Del salón donde se exponen las muestras más admiradas de cada escuela ha desaparecido uno de os mejores cuadros de Leonardo da Vinci: Gioconda.

Hasta ahora han resultado infructuosas las pesquisas de la Policía para encontrar á los ladrones y sus cómplices, si los hubiese.
El marco del magnífico chef d’oeuvre ha sido hallado en una escalera interior del edificio. No se explica que el ladrón haya podido salir con un lienzo de 40 centímetros de anchura y 70 de longitud sin llamar la atención de los vigilantes.
El robo se ha cometido durante la noche pasada. Se supuso en los primeros momentos que se trataba de un reportaje audaz para demostrar la insuficiencia de la vigilancia en el Louvre; pero se abandonó esta hipótesis, poco lógica, y se cree que algún coleccionista maniático sea el autor del delito, que no puede responder á móviles de lucro, puesto que es imposible la venta de un cuadro de inestimable valor, cuya propiedad es universalmente conocida. Se ha designado un juez especial para instruir el correspondiente proceso. La noticia como es natural, a causado inmensa sensación.—Ceria.

Es por demás curiosa la historia de este cuadro de Vinci, uno quizá de los más famosos del maestro italiano.
De él existen reproducciones en los museos de Madrid, Munich, Londres, Baviera, San Francisco, San Petersburgo, Roma y Florencia, y no hace muchos meses como recordarán nuestros lectores, se sostuvo en la Prensa animada controversia, afirmándose por una parte que la Gioconda que se conserva en nuestro Museo del Prado, habíase ya suscitado desde hace largos años, fundándose en que la obra original, adquirida por Francico I, fué después trasladada á la galería del Louvre.

Don Pedro Madrazo opina que la copia de nuestro Museo era de mano flamenca, y otros profesores la juzgan obra de Carlos Dolci, destruyendo la afirmación tradicional de que poseíamos el lienzo primitivo.
Leonardo de Vinci retrató en su obra á Mona Lisa, mujer hermosísima y muy célebre en su época, esposa del magnate florentino Francisco Giocondo. Tanto atrajo la atención del maestro, que éste propuso hacer un retrato que fuese una maravilla, á cuyo efecto, y según afirma Vasari, empleó en él más de cuatro años y aún la dejó sin concluir, á pesar de lo cual el mencionado biógrafo añade, elogiando la obra, que “hay que confesar que esta figura debe, por su ejecución, hacer temblar las carnes á a cualquier artista que trate de imitarla, por grande que sea su habilidad”.

En la pintura de París, lo mismo que en la de Madrid, que sólo se diferencia por la opacidad de las tintas, la hermosa Gioconda está retratada en tamaño natural, de menos de medio cuerpo, un tanto vuelta hacia la izquierda, sentada y con los brazos descansando uno sobre otro. Lleva un vestido ceniciento, ribeteado con trencilla de oro, descubriendo las mangas del cuerpo interior, encarnadas; se adorna la cabeza con un velo muy fino, que baja hasta la mitad del brazo, formando delicadísimos pliegues en el hombro, y el cabello caído en bucles, apenas disfrazados por el transparente velo. El fondo del cuadro es obscuro.
Este último episodio del robo ha venido á añadir una nota más de interés á la historia del famoso cuadro, ya que no á su celebridad, harto consagrada á través delos siglos.”
ABC. Madrid. 24 de agosto de 1911. pp. 6-7.
Sabes donde se encontro el lienzo robado de la Mona Lisa ?