Noticias alarmantes desde París


Maurice Quentin de La Tour. Madame de Pompadour en su estudio. 1749-1755. Museo del Louvre. París.
Maurice Quentin de La Tour. Madame de Pompadour en su estudio. 1749-1755. Museo del Louvre. París.

«Las noticias de modas recibidas de París por el correo de ayer, son en extremo alarmantes. La moda del imperio todo lo invade, y concluirá por arrinconar los trajes a la Pompadour y al estilo de Luis XIII, que hacen nuestras delicias.

Pierre Tetar Van Elven. Fiesta nocturna en las Tullerías. 1867. Museo Carnavalet. París.
Pierre Tetar Van Elven. Fiesta nocturna en las Tullerías. 1867. Museo Carnavalet. París.

En el último baile de las Tullerías, llamaba la atención una linda joven que vestía un traje del tiempo de la reina Hortensia. Este vestido, de terciopelo punzó¹, bordado de oro, cuyo cuerpo alto llegaba casi hasta debajo del brazo, envolvía en su falda, estrecha como la funda de un paraguas, el cuerpo gentil y airoso de la bailarina.

Su aparición produjo una admiración general, y excitó una semi-revolución femenina. Las elegantes, las que están hoy en posición de regir los destinos de la moda, la acogieron con el más soberano desprecio.

— Es por hacerse notable, decían unas.

— ¡Qué cosa tan horrible! exclamaban otras. El emperador es demasiado galante para exigir de nosotras semejante sacrificio. Eso sería un crimen de lesa elegancia.

Antonio María Esquivel. Josefa García de Solís. 1852. Museo Nacional del Prado. Madrid.
Antonio María Esquivel. Josefa García de Solís. 1852. Museo Nacional del Prado. Madrid.

Sin embargo, la flor y nata de la caballería imperial la encontró admirable, porque aquel traje dibujaba con la mayor perfección su delicado talle y daba a su continente el aire majestuoso de una estatua.

Retrato de Alphonse Karr. © Nadar.
Alphonse Karr. © Nadar.

Lo cierto es que este vestido ha obtenido un verdadero triunfo de curiosidad, y tendrá sin duda muchas prosélitas. Mr. Alfonso Karr² ha dicho a propósito de las modas antiguas, que si nos parecían ridículas, era porque las contemplábamos en estampa, sin hacernos cargo de que faltaban allí los ojos expresivos del original para dar vida al cuadro. El ingeniosos crítico tiene razón.

Federico de Madrazo y Kuntz. Josefa del Águila Ceballos, luego marquesa de Espeja.1852-1854. Museo Nacional del Prado. Madrid.
Federico de Madrazo y Kuntz. Josefa del Águila Ceballos, luego marquesa de Espeja.1852-1854. Museo Nacional del Prado. Madrid.

Nuestras lectoras pensarán quizá que solo nosotras tenemos derecho para alarmarnos y protestar contra una moda que nos va tan mal, pues no estamos solas en esta ocasión: los señores hombres no salen mejor parados.Al cabo los vestidos angostos, y de corto talle, parecerán deliciosos en cuanto así lo quiera media docena de mujeres hermosas y elegantes.

Robert Dighton. George “Beau” Brummel. 1805.
Robert Dighton. George “Beau” Brummel. 1805.

Pero ¡los hombres! tener que renunciar al cómodo pantalón, tan universalmente admitido para todas las circunstancias da la vida, es una cosa atroz. Y sin embargo entre nuestros vecinos de allende el Pirineo un ejemplo autorizado destierra de las reuniones oficiales esta prenda, tan socorrida del traje masculino, que así les servía para négligé de la mañana, como para vestido de etiqueta; de aquél pantalón, sobre todo tan a propósito para ocultar los defecto de una pierna mal formada.

La moda ostentosa del día así lo exige, y dentro de poco nadie será admitido en altas regiones sino con calzón corto y media de seda; hasta el simple negro será desterrado de estas recepciones solemnes, y no podrá alternar con los uniformes bordados.

Es sumamente curioso oír las discusiones que se entablaban con este motivo entre los que tienen pretensiones de lucir una buena pierna y los que no quieren perder el derecho de tapar las suyas. Cuestión es esta demasiado seria y que no pueden cortar los sastres, porque su intervención en ella no pasa de la hebilla del calzón; de allí abajo ya es atribución de los fabricantes de medias.

Louis-Léopold Boilly. El aguacero. Museo del Louvre. París.
Louis-Léopold Boilly. El aguacero. 1800-1825. Museo del Louvre. París.

Hablando con formalidad nada vamos a perder con que esta moda se generalice, no solo como traje de corte, sino también de buena sociedad. Para que el vestir de los hombres guarde armonía con los vistosos adornos de las señoras, podrían adoptar, para baile, calzón y media blanca, lo cual daría más brillo al punto de vista de los talones, que oscurece demasiado el pantalón negro

En este punto las mujeres estamos de enhorabuena si se destierra completamente de toda reunión la costumbre de bailar con botas.»

Robert Alexander Hillingford. El baile de la duquesa de Richmond. Hacia 1870. Goodwod House. Sussex.
Robert Alexander Hillingford. El baile de la duquesa de Richmond. Hacia 1870. Goodwood House. Sussex.

Aurora

Album de señoritas y correo de la moda. Volumen 2. Madrid 8 de enero de 1852. Número 1º. pp 31-32.

1. Color rojo amapola.

2.   Jean-Baptiste Alphonse Karr (1808-1890), fue un crítico, novelista y escritor francés. 

2 Comentarios

  1. Mercedes Valenzuela dice:

    Muy entretenido, gracias !!

    El mié., 15 dic. 2021 8:01, Arte y demás historias por Bárbara Rosillo.

    1. Bárbara dice:

      Muchas gracias Mercedes. Un fuerte abrazo.

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