Las casas de baños en el siglo XVIII


           “Entre el gremio de peluqueros hay algunos que han establecido el uso de los baños, estufas y cuyo objeto es respectivo a la limpieza, y aseo del cuerpo humano, y muchas veces a la salud. Los instrumentos del bañero, estufita, son en realidad pocos; pero a la verdad de mucho mayor precio que los de sus cohermanos los peluqueros.

           Necesitan tener para ello una casa bien distribuida: primeramente una pieza de chimenea para calentar el agua, y en la cual han de estar situados los dos depósitos, o receptáculos, uno para el agua caliente, y el otro para fría, que deben comunicarse a todos los baños por medio de unos cañones que se abren, y cierran con las llaves H; y estas llaves han estar colocadas dos a dos encima de los mismos baños hacia la mitad de uno de sus lados. Después ha de haber muchos baños distribuidos en diferentes cuartos, y algunos pequeños aposentos bien cerrados que se llaman estufas, porque se calientan muy bien hasta el grado de calor conveniente por medio de unas hornillas portátiles de hierro, o de barro, y deben estar inmediatas a los baños: también han de tener algunas camas, ropas de levantar, como batas, gorros, camisas de baños, servilletas, etc.

Bañera de cobre. Siglo XVIII.
Bañera de cobre. Siglo XVIII.

          Los baños ordinarios A son de cobre, y estañados por dentro: tienen tres pies, y diez pulgadas de largo cerca de dos pies de alto, y otro tanto de ancho: su figura es ovalada, y por medio de llave de fuente B se desaguan en una especien de embudo C hecho en el suelo, que se comunica con un cañón subterráneo que conduce afuera el agua.

Bañera francesa de cobre del siglo XVIII
Bañera francesa de cobre del siglo XVIII

          Los demás instrumentos son una cubeta pequeña de cobre estañada por dentro, con una asa D, que tenga alrededor de seis pulgadas de diámetro, y cuatro de profundidad, la cual sirve para mezclar en el baño las aguas calientes, y frías, agitándolas, y para quitar el agua en las inmersiones, etc.: un cañón de hoja de lata terminado en forma de embudo por lo alto E, en donde se le coloca el asa de alambre, y cuyo uso consiste en colgarle la llave de la fuente del agua caliente, para que bajando el cañón hasta cerca del fondo del baño, se conduzca por el  agua desde la llave para calentar lo más profundo, que es en donde el agua se enfría con más facilidad: sandalias F de suela con tacón de madera, forradas en lienzo, u otra cualesquier cosa curiosa, que sirven para que el que se baña pase desde el baño a la estufa, y desde esta al baño: guantes para aplicar la pasta depilatoria, esponjas para quitarla, y mitones de lienzo, o algodón G para las friegas, o frotaciones, sabanas para cubrir, etc.

Baño de limpieza

          La especie de baño que ejerce más frecuentemente el bañero, es el baño de limpieza, porque este se toma por delicia en la mejor salud; y por esto las gentes ricas, y sensuales tienen ordinariamente en sus casas unos sitios separados para los baños, que no sirven para otra cosa.

rançois Boucher. Mujer tomando un baño de pies. 1766. Colección particular.
François Boucher. Mujer tomando un baño de pies. 1766. Colección particular.

          En este baño comienza el bañero calentando primeramente el agua del conducto de la caliente, y después la estufa en donde el que debe bañarse se desnuda enteramente poniéndose el gorro: y sentándose en una silla, o banquillo todo en madera, le previene que comience ya las friegas, o frotaciones.”

Garfault. Arte del Barbero-Peluquero-Bañero. Almarabu. 1992. pp.195-203.

Este tratado fue traducido al castellano por Manuel García Santos y publicado en Madrid en 1771.