A mediados del siglo XVIII la nobleza constituía el 7,2% de la población española, englobando un amplio espectro que abarcaba desde los simples hidalgos a los principales títulos del reino. Se dividía entre “la de sangre” y “la de mérito”, la titulada y no titulada. Dentro de la titulada se encontraba la Grandeza de España creada por Carlos I en 1520 y en la que fueron incluidas veinte familias con veinticinco títulos. En el siglo XVIII el número de Grandes había aumentado considerablemente llegando a ciento diecinueve. Uno de los más importantes privilegios que ostentaban residía en la posibilidad de llevar la cabeza cubierta en presencia del rey.

Su poder económico era fundamentalmente territorial, radicando fundamentalmente en la exención de impuestos, los monopolios y el cobro de rentas señoriales. La nobleza poseía la mayor parte de la tierra, riqueza que no podía ser enajenada y que no facilitaba la existencia de pequeños propietarios. Otro de sus medios de control radicaba en la exclusividad de sus cargos, en Palacio caballeros y damas de las principales familias españolas desempeñaban los más altos cometidos tales como Mayordomo Mayor del Rey, Caballerizo Mayor o Camarera Mayor de la Reina. En palabras de María Victoria López-Cordón: “La responsabilidad principal de la Cámara de la Reina recaía en la Camarera mayor, en torno a la cual se estructuraba todo el departamento ya que, si por una parte era la persona que de manera inmediata y directa servía a la soberana, por otra tenía autoridad sobre las distintas dignidades y oficios que componían su personal. Su primera obligación era de asistencia personal a la soberana: debía acompañarla en todo momento, hasta el punto de dormir en su cámara, cuando no lo hacía el Rey, y en una estancia inmediata cuando esto sucedía. Era la encargada de proporcionar la ropa mientras la vestían, así como de acercarle el agua y la toalla que utilizaba para lavarse. También asistía a su tocado y a cualquier otra actividad relacionada con el aseo y arreglo diario. Todas estas funciones suponían una gran intimidad, así como el contacto físico y directo con la Reina, lo cual adquiría un claro valor simbólico y era la causa principal de la dignidad de su cargo y de las consideraciones de todo tipo, materiales y honoríficas, que por su desempeño se le dispensaban.”

Las mayores fortunas estaban en manos de los Grandes. El ducado de Medinaceli figuraba a la cabeza con una renta anual de 12,6 millones de reales de vellón. En Andalucía, concretamente en Sevilla los principales títulos del reino tales como los duques de Alba, de Medinaceli, de Veragua, de Arcos, de Medina Sidonia y de Osuna contaban con residencias que ocupaban considerables extensiones dentro del casco urbano, algunos de estos palacios se han conservado como la Casa de Pilatos y el palacio de Las Dueñas y pueden ser visitados.
Casa de Pilatos. Escalera. Sevilla.

Los principios e ideales de la nobleza no eran exclusivos de su clase, sino que formaban parte de toda la sociedad española. Ser noble exigía una vida de gasto y lujo que debía ser ostentado a través de sus palacios, trajes, joyas, obras de arte, coches y una multitud de criados. La sociedad del Antiguo Régimen consideraba que la nobleza era una cualidad natural que elevaba a sus miembros sobre el resto de los simples mortales. Según el historiador Aguilar Piñal: “ Ninguna familia que se precie en el siglo XVIII puede prescindir del carruaje para sus traslados, con las correspondientes caballerizas y servidores, de ricos muebles y objetos de arte que adornen sus amplias mansiones, ni de joyas y adornos que deslumbren al posible visitante”.

La vida de una casa noble era fiel reflejo de una corte en miniatura: “Su manera de vivir, el orden que tienen, su lujo, sus coches y caballos, el número de sus criados de todas clases, todo en sus casas tiene un aire y un tono regios y por todas partes descubre la etiqueta de la corte”. La nobleza gozaba de las mejores oportunidades: poder económico, educación (los estudiantes nobles aprobaban el bachillerato en tres años y los plebeyos en cuatro) y tradición, por lo que es lógico que sus miembros ejercieran el poder burocrático y militar. No obstante, era depositaria de determinadas obligaciones para con la sociedad ya que debía practicar la caridad y hacer generosas aportaciones a la Iglesia. Por otro lado, se le suponía depositaria de una serie de virtudes, que debía seguir prodigando. Uno de los motivos que explica la tendencia de las grandes casas a los gastos suntuarios era la dificultad de hallar inversiones productivas para la abundancia de rentas, la propiedad rústica rentaba poco, la urbana prácticamente nada, por lo que los excedentes se gastaban en lujos y en obras piadosas.

Ser noble impedía la realización de una serie de actividades que se consideraban indignas, mentalidad que produjo en España un atraso económico con respecto a otros países. Este tema generaba una gran polémica, pero por otro lado es bien sabido que algunos caballeros poseían fábricas textiles u otros negocios mercantiles como la almonas (fábricas de jabón), monopolio en manos de los duques de Alcalá en las jurisdicciones del arzobispado de Sevilla y el obispado de Cádiz. En cuanto a la producción textil, en 1706 la gran mayoría de las fábricas de paños en Segovia, muy apreciados por su calidad, estaban en manos de hidalgos. En la bahía de Cádiz, el comercio fue ejercido por nobleza extranjera, que se hallaba más libre de algunos prejuicios. En teoría la clase noble no se podía dedicar al comercio ya que era algo indigno en la escala de valores de la época, pero las relaciones internacionales con Flandes y las Indias fueron modificando esta mentalidad.

Uno de los males que generalmente aquejaba a la nobleza era la deficiente administración de sus bienes, por lo que de no haber existido el mayorazgo es probable que alguna de las grandes Casas no hubiera sobrevivido. Su actitud era por lo general la pasiva del rentista, incluso en ocasiones se veían obligados a pedir préstamos en caso de gastos extraordinarios como la dote de una hija. En palabras de madame de Aulnoy, dama francesa que nos visitó en época de Carlos II: “El condestable de Castilla es realmente uno de los señores más ricos de la corte como poseedor de tierras; pero como tiene la misma despreocupación por sus intereses que todos sus semejantes, que consiste en no informarse de ninguna de sus fincas”. La francesa encuentra a los linajudos españoles sin la preparación suficiente para asuntos de guerra y dineros, considerando que la gran mayoría son personas ociosas sin la debida cultura que solo viven para su propio disfrute. Es más, afirma que los que llegan adinerados de América se dedican a derrochar en vez de invertir en producir riqueza. Evidentemente no se puede generalizar, aunque es probable que se produjeran situaciones de este tipo.

La nobleza en España poseía un carácter eminentemente urbano. A partir del primer Borbón se concentró en Madrid ya que Felipe V estableció el centralismo siguiendo el modelo creado por su abuelo Luis XIV. La influencia francesa en la aristocracia española viene dada también como consecuencia de sus viajes al país vecino, algunos Grandes fueron embajadores en el extranjero, como el duque de Osuna en París. A partir del siglo XVIII el estamento noble va perdiendo puestos clave en la Administración del Estado por la implantación del nuevo sistema político: el absolutismo. Tal es el caso de Zenón de Somodevilla que estuvo en los gobiernos de Felipe V, Fernando VI y Carlos III, de origen hidalgo desempeñó puestos de gran relevancia y fue ennoblecido por Felipe V que le concedió el título de marqués de la Ensenada. En definitiva, a lo largo de la Edad Moderna acceder a la nobleza era un asunto de crucial importancia, no solo por las ventajas de todo tipo que conllevaba sino porque constituía en sí mismo un gran privilegio.

Que.artículo… Es.sensacional y .quiero.expresarme.pero no.me.salen.las.palabras con.la.crisis.de.hoy.en.día… Como.ha.cambiado.todo.tanto??
Gracias Reyes por tu fidelidad. No sabes la ilusión que me hace que lo encuentres sensacional.
Muy buen artículo. Yo quiero vivir como la antigua nobleza. !JA, JA! Tuchi
¡¡Lo comprendo perfectamente!!
Me ha gustado mucho tu artículo, en efecto en Segovia la nobleza poseía ranchos, que es como allí se llaman las fincas con casa donde pastan las ovejas.
El marqués de Lozoya cuenta en sus memorias como pasaban temporadas en su rancho de Torre Caballeros, junto con otras familias de la nobleza segoviana.
En Prádena ( Segovia ), había unos telares muy antiguos, los telares San Pablo, desgraciadamente han desaparecido hace poco, se tejía como antiguamente. Prádena era el establo del rey, allí pacían sus ganados, por lo que antiguamente era un pueblo muy rico, de hecho en la actualidad la ternera autóctona de allí tiene denominación de origen.
En la vecina Pedraza vivía la nobleza, que tenía intereses en las tierras colindantes.
Y por último en Lerma ( Burgos ), el duque del mismo nombre se hizo construir un palacio con cuatro torres, hoy un Parador Nacional bellísimo, Esto significaba que había desafiado a su rey, ya que sólo los palacios reales podían tener cuatro torres.Dando fiestas fastuosas a las que asistía Felipe III.
La nobleza tenía todo el poder, como ahora los banqueros.
Un abrazo.
Muy interesante Concha.
Un fuerte abrazo.
Me encanta lo que haces .acabo de descubrir esto y cuenta conmigo ya pa seguirte …..
Muchas gracias Lola. Si te apetece ser seguidora solo tienes que introducir tu correo en la ventana que poner Seguir en el margen inferior derecho. Luego te envían un correo que hay que confirmar.
Precioso, muchas gracias Bárbara!
¡¡Gracias a ti Carmen!!
Muy interesante Bárbara, también los comentarios
¡Que ilusión verte por aquí! Es muy interesante que la gente intervenga.
Un fuerte abrazo.
Holas Barbara, muy interesante, pregunta: cuando dices «…La nobleza poseía la mayor parte de la tierra, riqueza que no podía ser enajenada…» ¿hablas de alguna época en concreto o en general? porque sin ir más lejos recuerdo que al Duque de Mahón no sólo el rey le enajenó el título si no que también las propiedades y territorios fuente: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CCwQFjAA&url=http%3A%2F%2Fdialnet.unirioja.es%2Fdescarga%2Farticulo%2F4128772.pdf&ei=g7MrUsGHOsuP7AbG24CoDw&usg=AFQjCNEFH70_DkKSFXwzDwYd22MF2IuUPw&sig2=58NmItAkYj_IMRGpvpxN0Q&bvm=bv.51773540,d.ZGU
Estoy hablando del Antiguo Régimen, supongo que como en todo habría excepciones. Me parece muy interesante lo que me dices, lo miro.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Genial descripción en breves líneas
¡Que encanto eres Manolo!
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Excelente entrada, muy eficaz en su síntesis y concisión. Me permito remitir un enlace a mi propio blog, por si es de interés, sobre la misma temática: http://aristocracias.blogspot.com.es/
Saludos,
Muchas gracias por tu comentario. Ya conozco tu blog, me resulta interesantísimo y de gran ayuda, Estoy haciendo la tesis doctoral sobre «Moda y sociedad en la Sevilla del siglo XVIII». Ahora me encuentro terminando una capítulo sobre el origen del traje de luces para una próxima publicación de la Real Maestranza.
Un saludo.
Hola, qué interesante. Me he encontrado bastante documentación acerca de ese tema en los protocolos del Histórico Provincial, así es que si necesitas algo, encantado
Muchas gracias por tu ofrecimiento que por supuesto acepto encantada. Cuando puedas mándame tu correo o tu móvil para ponerme en contacto contigo.
Un saludo.
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Un saludo.
Bárbara magnífico artículo sobre la vida de la nobleza en un muy largo período de la historia de España , efectivamente el 7.2 % era noble en esa época , aunque ello incluye . lo dices tú – a un porcentaje altísimo de hidalgos , la baja nobleza que poseía pocas fincas y tierras y menos rentas aún , condición que si gozaban los Grandes y cortesanos , titulados , hereus , Ordenes militares y Maestranzas y » trepas » súbitamente ennoblecidos .
Hoy día , oficialmente se dice en la España mediática que hay 3.000 aristócratas , que son los Grandes y titulados , o sea que soló 1 español de cada 15.000 es noble , como ha cambiado la cosa ¡¡¡¡¡ un abrazo y espero tu próximo artículo
¡Que interesante lo que me cuentas Felipe! Me alegra que sigas mis artículos.
Un abrazo.
Muy buena información.
Muchas gracias Guillermina.
Hola, he descubierto tu blog haciendo una búsqueda de personajes del siglo XVII y me ha encantado. No conocía al Marqués de Leganés ni su cuadro de Rubens, y he compartido la imagen en mi blog (indicando su procedencia). Enhorabuena por este interesantísimo blog.
El marqués de Leganés fue un gran mecenas de su tiempo. Su colección de pintura era impresionante. Me alegra que te haya gustado mi blog y espero que te hagas lector asiduo. Muchas gracias por comentar.
Tan ameno e interesante como siempre, conocer la historia se puede hacer estudiando, pero transmitirla y acercarla como tu lo haces es un verdadero don.
Muchas gracias por tus palabras. Para mí supone una enorme alegría que los lectores tengáis esa percepción de mi trabajo. Un fuerte abrazo.
que articulo tan Interesante..como todos los de tu Blog
Felicidades Barbara
Me alegra que te haya gustado y que sigas mis artículos. Muchas gracias por comentar y un abrazo.
Hola Bárbara, me ha encantado tu artículo. Me gusta que esta bien documentado es objetivo y ausente de ideología. Y eso que el tema esta para fervientes opiniones a favor y furibundas opiniones en contra de la nobleza española.
Muchas gracias Pedro. Se trata de una visión general. En mis artículos trato de hablar de manera totalmente objetiva, de ceñirme a los hechos. Según estamos viendo últimamente, las opiniones personales nublan la realidad, la encubren o la falsifican. El trabajo del historiador es investigar los hechos y presentarlos tal cual. Un abrazo y muchas gracias por comentar. Espero que te hagas seguidor de «Arte y demás historias»