El conocimiento de los Sagradas Escrituras se convierte en esencial para acercarnos con mayor rigor a buena parte de las grandes obras artísticas del pasado. Hoy nos hacemos eco de la Parábola del hijo pródigo, asunto tratado por diversos pintores a lo largo de los siglos con los más variados enfoques. El Evangelio según San Lucas nos ofrece el sobrecogedor relato del amor incondicional de un padre y de su misericordia. Charles Dickens afirmó que esta parábola era “La historia más grande jamás contada.”Sin más, el texto.
Lucas 15:11-32
11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.

13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.

14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.


15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.

16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.

17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.

20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.

22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;

24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.

28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.
30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.
31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

Compleja parábola y bellas ilustraciones Doctora
Verdaderamente es una historia compleja que se puede ver desde muchos puntos de vista. Me alegra te haya gustado la selección de pinturas. Un abrazo.
Quería Bárbara: te sigo y leo con muchísimo interés. Felicidades por tu magnífico Cum Laude! Te lo mereces. Un fuerte abrazo. Consuelo Ternero.
Muchas gracias Consuelo. Un fuerte abrazo.
Maravillosamente ilustrado!!! me quedo con el Batoni!!!! Que maravilla!!!
Muchas gracias por tu comentario Manolo. Es un relato bastante tratado por la Historia del Arte. Yo en este caso me quedo con Rembrandt, es una pintura que me transmite una profunda emoción mientras que su maestría técnica me deja sin palabras. Un abrazo.
Maravilloso. Siempre tuya.
Muchísimas gracias May. La iconografia me interesa especialmente. La manera en que cada artista ha concebido el relato ya sea religioso o mitológico. Un abrazo.
Para nosotros cristianos y maestros de pintura….es maravilloso contar con tan hermosa reflexión .
Perfecta combinación.
Felicitaciones.