
«Concluida la iglesia de santa María la Blanca de esta ciudad y sus adornos de escultura en este mismo año, Don Justino Nevé y Yevenes, prebendado de la catedral y gran amigo de nuestro Bartolomé, le encargó que pintase quatro medios puntos para colocar en ellas dos en la nave principal, y los otros dos en las cabeceras de las laterales. Los primeros pertenecen á la historia de la festividad de nuestra señora de las Nieves, ó dedicación del templo de santa María la mayor en Roma. Se representa en uno el sueño del patricio romano y de su esposa; y en el otro estos mismos sugetos refiriéndole al papa y á los cardenales, que le acompañan. Todas las figuras son del tamaño natural, y se descubre en el último término de este la procesión, que fué al parage nevado, en que Murillo expresó hasta el polvo del camino y el calor del estío. En el medio punto efe la nave del evangelio figuró la Concepción de nuestra Señora con unos clérigos de medio cuerpo á los pies; y en el de la epístola la Fé con la Eucaristía en las manos, á la que adoran varios personages, también de medio cuerpo. Corresponden á esta época una Dolorosa y un san Juan Evangelista, colocados en la capilla del sagrario de esta misma iglesia, siendo dignas de elogio la cabeza y manos de la Virgen, por que son de lo mas dulce y regalado de este autor.

Aquí es preciso cortar el hilo á la descripción de las demás obras de Murillo, por que: me llama la atención el deseo patriótico que tuvo de promover en Sevilla el adelantamiento de la pintura. Concibió en 1658 el proyecto de establecer en esta ciudad una academia publica; y no habiendo hallado en el Gobierno protección ni apoyo para costear los gastos, pudo conseguir con prudencia y maña, que á su exemplo los demás profesores se ofreciesen á sostenerlos. En fin después de haber luchado con la fiereza de Don Juan de Valdés Leal, que se creía superior á todos en habilidad; con la presunción de D. Francisco de Herrera el mozo, qué habla vuelto dé Italia muy orgulloso; y con el descaro de otros pintores que, aspiraban á los primeros puestos del establecimiento, dio principio á sus estudios en la Casa-Lonja la noche de primero de enero de 1660.»


Extracto de
CARTA DE D. JUAN AGUSTÍN CEÁN
BERMUDEZ
A UN AMIGO SUYO,
SOBRE EL ESTILO Y GUSTO
EN LA PINTURA DE LAS ESCUELA SEVILLANA;
Y SOBRE EL GRADO DE PERFECCIÓN A LA QUE ELEVÓ
BARTOLOMÉ ESTEVAN MURILLO:
en cuya vida se inserta, y se describen
sus obras en Sevilla.
CADIZ.
En la Casa de Misericordia.
Año de 1806.