
“Hay dos cosas en un edificio: su uso y su belleza. Su uso pertenece al propietario, su belleza a todo el mundo”.
Victor Hugo ¡Guerra a los demoledores! 1825.
Henry James afirmó: “Chambord es verdaderamente regio: regio por su escala, su aspecto grandioso y su indiferencia a las consideraciones comunes”. El castillo fue en su origen una fortaleza en las lindes de un frondoso bosque, perfecto para la práctica de la caza. En 1519 se derribó el edificio original y comenzó a erigirse un colosal castillo siguiendo las trazas de un arquitecto desconocido, cuya fuente de inspiración residía en la conjunción de la arquitectura medieval francesa con elementos del Renacimiento italiano. En 1539 el castillo, con sus torres y terrazas, ya se había sido completado. Más adelante, Francisco I realizó nuevas incorporaciones, incluidos un pabellón real privado en la esquina noroeste y una capilla, finalmente Luis XIV completó el edificio en 1685.

Se trata del castillo más grande del Valle del Loria, nada más divisarlo nos sobrecoge su tamaño y belleza ya que su estampa parece literalmente sacada de un cuento de hadas. Su interior tampoco defrauda, no solamente por sus colosales dimensiones, sino también porque a lo largo de las salas podemos contemplar mobiliario y pintura de diversas épocas además de cientos de salamandras. Este animal fue el emblema de Francisco I y su fascinante silueta aparece a lo largo de todo el castillo de manera recurrente.

Chambord es obra de Francisco I (1494-1547), un joven rey entre cuyas pasiones se incluían no solo la política y el arte, sino también la caza y el galanteo: “Siempre cazando, a veces ciervos, otras mujeres”, dijo en su día el embajador de Venecia. El rey mismo supervisó el acotamiento de los terrenos de caza alrededor de su propiedad, ordenando levantar el muro más largo de Francia (casi 32 km de largo). El monarca, incluso, sugirió desviar el curso del Loira en uno de sus puntos para que fluyera frente al castillo, pero se decidió por las aguas del cercano Cosson para abastecer al foso que lo rodea.





La identidad del arquitecto de Chambord sigue siendo un enigma, aunque su diseño parece inspirado en la obra del mismo Leonardo da Vinci. Tras la batalla de Marignano, Francisco I descubre la arquitectura italiana y el trabajo de Leonardo. Cuando regresa a Francia en 1516, el rey invita al genio florentino a residir en la corte francesa, como “primer pintor, arquitecto e ingeniero del rey”. Su influencia en el diseño de Chambord se puede rastrear en los bocetos que realizó en sus cuadernos. El plano centrado del torreón, la escalera de doble hélice, un sistema de letrinas de doble fosa y conducto de ventilación o el sistema de impermeabilización de las terrazas, llevan a percibir su impronta en la construcción.


La particular escalera, unida a la disposición central del edificio, las torres semejantes a alminares y otros detalles menores han llevado a varios especialistas a atribuir a Leonardo da Vinci, si no el conjunto de las trazas, sí al menos la concepción original del proyecto. En la actualidad la tesis más apoyada es que Domenico da Cortona, ya al servicio de Francisco I cuando Leonardo llegó a la corte en 1516, pudo tomar el proyecto que el italiano había trazado para el ambicioso palacio de Romorantin, proyecto que quedó abandonado, adaptándolo a las nuevas exigencias del castillo de Chambord. En cualquier caso, dada la inexistencia de documentación, la participación de Leonardo siempre quedará en una hipótesis.
El castillo, que no fue construido como residencia real sino como pabellón de caza, está formado por 8 inmensas torres, 440 habitaciones, 365 chimeneas y 84 escaleras. Uno de sus mayores atractivos es la hélice doble de la gran escalera abierta donde se puede subir y bajar al mismo tiempo sin toparse con otra persona. Tras la muerte del monarca, sus descendientes no le prestaron la suficiente atención. Finalmente, en 1639 el rey Luis XIII lo entregó a su hermano Gastón d’Orléans, quien evitó su ruina restaurándolo. El propio Francisco I pernoctó en Chambord en contadas ocasiones, siendo la historia del edificio una sucesión de ocupaciones interrumpidas. Chambord fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1981 y está considerado como uno de los castillos más bellos de Francia.
Fotos: © Juan Ferrandis.
Hola Barbara te sigo desde Argentina, que buena pagina que tienes , y esta info sobre elcastillo y sus fotos son valiosisimos! Te felicito por tu trabajo, excelente! Sueño con poder volver a visitar Francia y seguir recorriendo todos los castillos de Francia, besos y saludos
Muchas gracias por tus palabras. Hice un recorrido de varios días y visité unos doce castillos. Quedé impresionada, no solamente con la arquitectura, sino también con los espléndidos jardines que los rodean. Un saludo desde España y gracias por seguir mi blog «Arte y demás historia».