
Airosamente prendida
con alfileres de plata,
blanco búcaro de encajes
que sostiene una guirnalda,
gracioso y digno remate
de una figura gallarda…
no hay en el mundo un tocado
como la mantilla clásica.
Sombreritos de colores
con plumas negras o blancas,
gorritos de terciopelo,
capotas estrafalarias…
han conquistado la tierra
del calañés y la faja,
y a nuestras pobres manolas,
preteridas y olvidadas,
mademiseiles y misses
arrollaron en España.
Es la mantilla el emblema
del garbo y de la arrogancia,
recogida en la peineta
y sobre el hombro terciada.
Sólo guarda entre sus pliegues
la gentileza y la gracia,
y ¡ay del día en que las hembras
cañís no sepan llevarla
y en lo más hondo del cofre
se apolille abandonada!
Con ella se irán para siempre
la guapeza legendaria,
los aromas andaluces
y la altivez castellana.
Sinesio Delgado. “La mantilla española”. Blanco y Negro. 1900.




Mi abuelo era español.De él heredé el amor por España, su gente y costumbres. Me atrae como un imán, tuve la dicha de estar allí y recorrerla. El uso de la mantilla con el peinetón es muy hermoso.
Es una tradición muy antigua que todavía sigue viva.
Muchas gracias por su comentario y un saludo.
Soy española, este post me ha parecido interesante.
https://rosaamarillablog.wordpress.com
Muchas gracias Rosa. Un saludo.
👏👏👏
Muchas gracias Pippo.