En ocasiones la vida real supera a la ficción, la noticia que hoy traemos a colación es buena prueba de ello. La historia comienza en 2014 en el sur de Francia cuando los propietarios de una casa se ven forzados a derribar un falso techo del desván para intentar llegar al origen de una molesta fuga de agua. En tan absurdo lugar hallaron, con enorme sorpresa, un lienzo que representaba a Judith decapitando a Holofernes. Esta temática, que procede de un episodio bíblico, fue muy del gusto del arte barroco. Judith se manifiesta como una vengadora ante la opresión de los débiles y desvalidos, ejecutando al general asirio sin miramientos para liberar a su pueblo. Numerosos artistas a través de los siglos han tratado la muerte de Holofernes a manos de la bella judía, una relato de sangre y venganza.

El cuadro, cuyas medidas son 144 por 173,5 centímetros, ha sido recientemente presentado en París a los medios de comunicación como una obra atribuida a Caravaggio (1571-1610) por su técnica y temática. Especialistas del Museo del Louvre lo han estudiado durante tres semanas y aunque el dictamen no ha sido concluyente, su opinión ha llevado al Ministerio de Cultura de Francia a firmar un decreto en el que ha prohibido explícitamente que salga del país. Eric Turquin, el experto al que han recurrido los propietarios, sostiene que el cuadro es original del maestro: «Ningún trabajo de Caravaggio hallado ha tenido un total consenso, siempre hay controversias». Turquin se ha apoyado en el análisis de Nicola Spinoza, exdirector del Museo de Nápoles y uno de los grandes conocedores del maestro. Según su criterio la obra posee «la iluminación particular, la energía típica de Caravaggio, sin correcciones, con un pulso firme, y las materias pictóricas, hacen pensar que este cuadro es auténtico».

En palabras de Turquin: «Hay que reconocer en la tela un auténtico original del maestro lombardo (…) aunque no tenemos ninguna prueba tangible e irrefutable». Mina Gregori, una especialista en Caravaggio sostiene que no es un original aunque resalta que la obra tiene una calidad innegable. Gracias a testimonios de la época se sabe que el artista pintó un Judith decapitando a Holofernes. El gabinete Turquin ha seguido la pista a través de una copia atribuida al pintor flamenco Louis Finson, del que se conoce que tuvo contacto con el pintor lombardo. Caravaggio pintó una versión de Judith decapitando a Holofernes, que se conserva en Roma.

Los expertos de Turquin sostienen que la obra recientemente descubierta fue realizada entre 1600 y 1610. En el siglo XVIII su rastro lleva hasta España, donde un antepasado de los propietarios sirvió en el ejército napoleónico. Durante el último siglo y medio todo apunta que estuvo descansando en el desván de Toulouse hasta ser rescatada e identificada como valiosa por un especialista, que la envió inmediatamente a París. Para Eric Turquin se trata «del cuadro más importante encontrado en el último cuarto de siglo de uno de los genios de la pintura universal» y el más importante que el mismo ha tenido en sus manos. Ahora, el gabinete que dirige apunta a un valor de mercado no menor a 120 millones de euros.
Gracias Bárbara. Muy interesante.
Me alegra te haya resultado interesante. Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
Me ha encantado muchas gracias
Me alegra, es una historia fascinante. Gracias por tu comentario.
Interesante historia, me gustaría saber el desenlace..
Como toda la vida de Caravaggio, éste capítulo parece sacado de una película.
Excelente artículo