Las medias han acompañado al ser humano formando parte de su atuendo desde hace siglos. Su origen se encuentra en las medias calzas, piezas que usaban hombres y mujeres hasta la rodilla. La confección adaptada a la silueta de la pierna surgió en Italia durante el siglo XVI, desde donde pasaron a Francia y España. En un primer momento su producción corría a cargo de los boneteros que las fabricaban en telar manual. Las medias se confeccionaban en diversos tejidos y colores, siendo las más apreciadas las de seda, mientras que las de color negro se usaban en periodos de luto. En cuanto a las ligas son definidas en el Diccionario de Autoridades como: “La cinta de seda, hilo, lana, cuero o otra matéria, con que se atan y aseguran las medias, para que no se caigan”. Las ligas confeccionadas con materiales lujosos las puso de moda en la corte francesa Catalina de Medicis.

Las medias fueron un complemento imprescindible en la indumentaria de ambos sexos, no solamente como abrigo de las piernas, sino para ir bien vestido según los cánones de la época. Su misión era cubrir las piernas y las mujeres utilizaban ligas por encima de la rodilla para sujetarlas. Boucher nos muestra este detalle en La toilette, que podemos contemplar en el Museo Thyssen de Madrid. Las ligas podían decorarse con cintas y encajes, en algunos casos a juego con otros elementos de la indumentaria, como los encajes de la camisa o de la cofia. Las medias de seda eran las más codiciadas y, parece ser, del todo imprescindibles en el atuendo de una dama elegante. Según hemos podido constatar estas piezas siempre aparecen registradas en los documentos por parejas.

Las medias de seda podían ornamentarse con bordados de flores, ramas o dibujos en la cara exterior por encima del tobillo, según apreciamos en algunos modelos que se conservan en distintos museos y en las pinturas de la época, en las que es frecuente ver a caballeros luciendo medias bordadas. A partir de la década de 1770 se producen una serie de cambios en lo que respecta a la moda femenina. La introducción del vestido a la polonesa trajo consigo un acortamiento de las faldas, lo que propició que el calzado y el tobillo quedaran al descubierto; por este motivo las medias comenzaron a adquirir un mayor protagonismo al quedar a la vista en parte.

Podemos afirmar que las medias aparecen en prácticamente todas las cartas de dote (incluso de mujeres modestas) e inventarios femeninos consultados a lo largo del siglo XVIII en Sevilla, pero no en cantidad. En las escrituras de dote, al igual que las demás prendas, podían aparecer usadas: “Unas medias de seda usadas en diez reales”. En el inventario de la marquesa de la Candía, fechado en 1772, aparecen en la partida de “Ropa blanca” siete pares de medias de seda aunque en la partida “Ropa de seda” constan: “Un par de medias de seda blancas”. Las medias bordadas no eran algo infrecuente; un corredor de la lonja de Sevilla las lleva, entre otros géneros, para vender en Ronda en 1750. Las de seda aparecen con relativa frecuencia bordadas: “Un par de medias de seda bordadas en oro en setenta y cinco”, pero también las de lana se decoraban.

Las de color rojo son una constante durante buena parte del siglo XVIII, las más lujosas se bordaban con hilos de plata. Las denominadas “cuchillas” aludían a los dibujos simétricos y paralelos que se bordaban en las medias. En un inventario de 1709 aparecen doce pares de medias bordadas con “cuchillas” de tisú y seis pares de ligas bordadas y guarnecidas de encaje blanco. En Sevilla a finales del siglo XVIII, un par de medias de seda costaba unos 34 reales, mientras que las de hilo unos 15 reales y las de algodón sobre10. En el inventario de bienes don Francisco de la Oyuela, propietario de una tienda de sedas, encontramos: ligas bordadas, sencillas y dobles, de segrí, anchas, ordinarias, medias de seda de peso, de mujer bordadas, llanas o de capullo de Génova, mientras que en el inventario de Pedro Fernández constan una serie de “Mercaderías” que nos permiten comprobar que las medias que se comercializaban eran de los más variados tamaños, calidades y procedencias como Hamburgo y Génova.

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