
A lo largo del siglo XVIII la industria francesa tuvo un papel muy destacado no solamente en cuanto a la moda sino también en la elaboración y comercialización de tejidos. A las profundas transformaciones sociales que se sucedieron en el siglo XVIII es preciso añadir los cruciales avances que se produjeron en la técnica con la invención de la maquina de coser y la implantación del uso del algodón a gran escala. Esta fibra posibilita el estampado, antes reservado a las élites debido a su alto costo; y aunque tampoco resultaban económicas se popularizó el uso de las indianas (algodón estampado). La indiana o indianilla (así llamada por ser originaria de la India desde donde llegó a finales del siglo XVII a Europa), comenzó a usarse en Francia a finales del siglo XVII. Fue prohibida por el gobierno ya que se temía que perjudicara a la potente industria sedera. Los tejidos a base de esta fibra llegaban al país de contrabando y la misma madame de Pompadour mandó tapizar con indianas uno de los apartamentos de su castillo de Belleveu en 1755 (cuya decoración corrió a cargo del pintor François Boucher). Belleveu fue un regalo de Luis XV a su amante. Se trataba de una edificación nueva y moderna donde primaba un deseo de intimidad . Por desgracia durante la Revolución Francesa fue saqueado y posteriormente demolido en 1823.

Durante años, la favorita y su círculo íntimo no acataron las regulaciones contra el uso de telas impresas importadas del extranjero. Madame de Pompadour animó al rey a fundar una industria nacional para la producción de tela estampada y Luis XV incorporó este sector en 1760. De todas las fábricas de algodón europeas la más renombrada fue la francesa de Jouy, cerca de Versalles y fundada por Christophe-Philippe Oberkampf en 1758. Oberkampf (1738-1815) era de origen alemán, se trasladó a París con 20 años. Descendiente de una familia de tintoreros luteranos de Wuttenberg, tanto su padre y su abuelo habían tenido negocios de paño teñido. En sus inicios se benefició del conocimiento de su progenitor que había inventado un proceso para la impresión del azul.

En París, ascendió rápidamente y un año después se asoció con su antiguo patrón quien había anticipado que la prohibición del algodón estaba a punto de ser levantada y calibró los conocimientos del alemán. En 1759 deciden trasladarse a Jouy-en-Josas, un pequeño pueblo bordeando el río Bièvre, donde el agua era pura y la tierra abundante. En 1764 se construye el primer edificio de cuarenta y siete metros de largo en una gran pradera al borde del río. Oberkampf contrató a obreros cualificados y compró tejidos de gran anchura y productos para el teñido difíciles de encontrar en Francia.

La indiana era un tejido de algodón con ligamento tafetán y su característica principal era el estampado con rayados y dibujos sencillos, generalmente a un color, mediante planchas de cobre o madera entintada. La estampación se realizaba por medio de planchas grabadas que permitían diseños más grandes y con efectos de luz y sombra. Los dibujos ya no se limitaban a flores o diseños geométricos. Oberkampf encargó diseños a buenos artistas que realizaron escenas con figuras humanas. Este nuevo estilo permitió la representación de acontecimientos importantes del período como el primer vuelo en globo o la fascinación por Egipto. El toile de jouy se convirtió en sinónimo de elegancia y la misma madame de Pompadour lo usó para sus vestidos. Los productos de la manufactura de Joui obtuvieron un enorme éxito en Francia y otros países debido a su calidad y a la belleza de los diseños.

En 1770 Oberkampf obtuvo la carta de naturaleza francesa (después de diez años de residencia en el país) y en 1783 Luis XVI nombró a la fábrica Manufactura Real obteniendo exenciones fiscales y de las leyes de comercio en vigor. En 1797, recibe el título de Escudero del rey junto con el derecho a portar armas y el lema: Recte et Vigilanter (honestidad y vigilancia). Unos años más tarde, fue condecorado con la Legión de Honor por Napoleón concretamente en 1809. La industria logró enormes ganancias hasta 1792, incluso convirtiéndose en la segunda más importante en Francia después de la compañía de Saint-Gobain (Manufactura de vidrios y espejos). Este original tejido de algodón estampado no terminó su vida en el siglo XVIII, sino que ha seguido fabricándose (incluso con los mismos motivos) llegando al XXI en perfecto estado de salud. En muchas de nuestras casas es probable que lo tengamos en cortinas o tapizados sin conocer que su origen se encuentra en la fascinante Francia de pleno rococó


Barbara, conozco esas telas desde pequeño. en casa de mi abuela se usaban para las fundas de los colchones.
Muy interesante el artículo!!!!