Guardar para más tarde, puede ponerse de moda


Rachel y Paul Mellon
Rachel y Paul Mellon.

          Rachel Love Lambert Lloyd Melon nació en Nueva York en 1910 en el seno de una acaudalada familia. En 1948 contrajo matrimonio en segunda nupcias con Paul Mellon, una de las mayores fortunas de Estados Unidos. Apodada Bunny desde niña, Rachel fue una persona discreta con una inmensa afición por la horticultura, la botánica y el arte. Diseño numerosos jardines privados, aunque su intervención más notoria fue la Rosaleda de la Casa Blanca, cuyo encargo partió del presidente Kennedy en 1961. Cuatro años más tarde, diseñó el jardín Jacqueline Kennedy cercano al anterior.

Rosaleda de la Casa Blanca según diseño de Rachel L Mellon.
Rosaleda de la Casa Blanca según diseño de Rachel L Mellon.

          Más adelante trabajó en Francia, en un primer momento ayudó a Hubert de Givenchy, su modisto y amigo a proyectar su jardín de Le Jonchet. Tras ello, acometió la restauración del Huerto del Rey en el palacio de Versalles, cuyo objetivo radicaba en recuperar la imagen del siglo XVII. Después de una procelosa investigación Rachel Mellon y Givenchy devolvieron al Huerto del Rey a sus orígenes. Por tan destacada intervención fue condecorada por el gobierno francés con la medalla de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras en 1993.

Rachel L Mellon.
Rachel L Mellon.
Rachel Mellon y Hubert de Givenchy.
Rachel Mellon y Hubert de Givenchy.

          Rachel Mellon fue una de las mejores clientas de Balenciaga. Durante una década el modisto español se encargó de vestir a la elegante dama americana. Tras su retirada, Balenciaga le recomendó acudir a Givenchy. Este último trabajó para ella, y ambos trabaron una gran amistad. Fruto de la cual y de su gran admiración por el diseñador, tenemos la inmensa suerte de haber recibido una gran parte de su legado, que ha sido generosamente donado al Museo Balenciaga de Guetaria.

Rachel Mellon y Jacky kennedy.
Rachel Mellon y Jacky kennedy.

          La visita a la colección nos habla de una mujer alta, rubia, esbelta, refinada y sin afán de notoriedad. Todo lo expresan sus vestidos, dotados la inmensa mayoría, de una aparente simplicidad, como estructuras arquitectónicas al servicio de la silueta. Rachel Mellon no tenía miedo a la modernidad. En un conjunto de lino azul marino se encontró una nota autógrafa que rezaba: “Probado. Guardar para más tarde, puede ponerse de moda.” Esta anécdota resulta de lo más significativa para acercarnos a su visión de la moda. A continuación las palabras de Hubert de Givenchy, comisario de la muestra, que nos acercan a la personalidad, gustos e inquietudes de Rachel Melon:   

Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.
Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.

          “La señora Mellon visitaba a París a menudo. Adoraba Francia y se sentía francesa de la cabeza a los pies. Empezamos las pruebas. Inmediatamente hizo buenas migas (un factor esencial) con Gilberte, jefa de la tienda. Una fantástica jefa de tienda recomendada por Balenciaga, quien la eligió entre todas sus asistentes para que viniera a ayudarme. Todo iba muy bien, ella estaba muy contenta, pero cuando pensábamos que ya había elegido sus modelos, añadía nuevos pedidos porque nunca paraba de mirar nuevos tejidos. Nosotros teníamos cientos en el estudio y ella los observaba yendo de un lado al otro, entre cientos de muestras, diciendo una y otra vez: ¿Podría tener alguna cosa confeccionada con esta tela?

Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.
Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.

Tenía un gusto perfecto, aunque muy particular. Amaba los trajes que le proporcionaban un valor añadido. Aunque era todavía una mujer joven y bella, sabía lo que quería. Era muy meticulosa y como tenía sus propias ideas, cogía un motivo de un libro o cualquier otra cosa y me decía: “¿Ves este motivo allí? ¿Podrías hacerme veintidós salvamanteles con este objeto central, como el de la muñeca china?”

Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.
Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.

          Tenía una gran imaginación y es maravilloso cruzarse con alguien así. No siempre hablábamos de vestidos. A veces charlábamos de jardines, de pintura, de lo que nos gustaba a cada uno. Poco a poco forjamos una gran amistad, muy profunda y excitante porque incluso viajamos juntos a ver exposiciones. La llevé a Maeght o a otra sala de pinturas, porque yo también, de cuando en cuando, necesitaba reamueblar mi mente y ver qué cosas nuevas podía encontrar fuera de aquí.

Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.
Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.

          La señora Mellon fue una gran visionaria. Era una jardinera fantástica que trabajaba con las proporciones, los elementos que las obstruían, lo que debía ser escondido o mostrado. Fue una arquitecta de jardines con gusto, incluso yo diría que una persona con un gusto innato. También admito que era terca y obstinada. porque no deseba ejercer de anfitriona de todo el mundo en los Estados Unidos; todo el mundo quería ir a su casa, pero ella rehusaba. Siempre abogaba por la discreción. Sentía un enorme respeto por la naturaleza y un gran amor por las plantas, las conocía mejor que nadie, le enseñabas un amento y ella inmediatamente lo reconocía, sabía de todo, su conocimiento de jardinería era extraordinario.

Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.
Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.

          Guardaba los trajes porque le encantaban, tenía cientos de ellos porque los guardaba muy a menudo. Donó muchos a museos americanos aunque en un edificio llamado Brick House, custodiaba todos sus trajes, zapatos, bolsos y todo lo que ya no volvería a ponerse, si se trataba de piezas importantes. Cuando el señor Balenciaga la vestía en su taller, pude ver todas esas extraordinarias colecciones. Al saber que no iba a volver a usar esos trajes, me tomé la libertad de aconsejarle que como el Museo Balenciaga acababa de ser inagurado, quizás podría pensar en su amigo Cristóbal Balenciaga a quien quiso tanto. Entonces, un tiempo después, llegaron treinta vestidos por Federal Express impecablemente empaquetados. Lo digo como un testimonio de la admiración que ella sentía por Balenciaga. Como resultado, ayudó a enriquecer el Museo de Guetaria de manera notable, ya que la colección recibió unas quinientas piezas.

Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.
Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.

          Estoy encantado de que se haya organizado una exposición como esta, pero creo debe ser un bello tributo a Bunny ya que alrededor de cien trajes, no se cuantos pero alrededor de cien son necesarios para demostrar su elegancia, su refinamiento. Su refinamiento en observar el detalle y por supuesto, su generosidad que se destaca con la colección que ha donado al museo por su amistad con el señor Balenciaga, a quien ella admiró y respetó. Creo que la posibilidad de hacer algo en honor de un persona así es muy especial.”

Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.
Exposición de la colección Rachel L Mellon. Museo Balenciaga. Guetaria.