El mantón de Manila


Manuel Cabral Bejarano. En la Romería de Torrijos. 1883. Museo Carmen Thyssen. Málaga.
Manuel Cabral Bejarano. En la Romería de Torrijos. 1883. Museo Carmen Thyssen. Málaga.

          «Creció Bárbara en una atmósfera saturada de olor a sándalo, y las fragancias orientales, juntamente con los vivos colores de la pañolería chinesca, dieron acento poderoso a las impresiones de su niñez. Como se recuerda a las personas más queridas de la familia, así vivieron y viven siempre con dulce memoria en la mente de Barbarita  los dos maniquís de tamaño natural vestidos de mandarín que había en la tienda y en los cuales sus ojos aprendieron a ver. La primera cosa que excitó la atención naciente de la niña, cuando estaba en brazos de su niñera, fueron estos dos pasmarotes de semblante lelo y desabrido, y sus magníficos trajes morados. También había por allí una persona a quien la niña miraba mucho, y que la miraba a ella con ojos dulces y cuajados de candoroso chino. Era el retrato de Ayún, de cuerpo entero y tamaño natural dibujado y pintado con dureza, pero con gran expresión. Mal conocido es en España el nombre de este peregrino artista, aunque sus obras han estado y están a la vista de todo el mundo, y nos son familiares como si fueran obra nuestra. Es el ingenio bordador de los pañuelos de Manila, el inventor del tipo de rameado más vistoso y elegante, el poeta fecundísimo de esos madrigales de crespón compuestos con flores y rimados con pájaros.

Joaquín Sorolla. Sevilla: el baile. 1915. Hispanyc Society of America. Nueva York
Joaquín Sorolla. Sevilla: el baile. 1915. Hispanyc Society of America. Nueva York

          A este ilustre chino deben las españolas el hermosísimo y característico chal que tanto favorece su belleza, el mantón de Manila, al mismo tiempo señoril y popular, pues lo han llevado en sus hombros la gran señora y la gitana. Envolverse en él es como vestirse con un cuadro. La industria moderna no inventará nada que iguale a la ingenua poesía del mantón, salpicado de flores, flexible, pegadizo y mate, con aquel fleco que tiene algo de los enredos del sueño y aquella brillantez de color que iluminaba las muchedumbres en los tiempos en que su uso era general. Esta prenda hermosa se va desterrando, y sólo el pueblo la conserva con admirable instinto. Lo saca de las arcas en las grandes épocas de la vida, en los bautizos y en las bodas, como se da al viento un himno de alegría en el cual hay una estrofa para la patria. El mantón sería una prenda vulgar si tuviera la ciencia del diseño; no lo es por conservar el carácter de las artes primitivas y populares; es como la leyenda, como los cuentos de la infancia, candoroso y rico de color, fácilmente comprensible y refractario a los cambios de la moda.

Hermenegildo Anglada Camarasa. Granadina. Hacia 1914. Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Hermenegildo Anglada Camarasa. Granadina. Hacia 1914. Museo Nacional de Arte de Cataluña.

          Pues esta prenda, esta nacional obra de arte, tan nuestra como las panderetas o los toros, no es nuestra en realidad más que por el uso; se la debemos a un artista nacido en la otra parte del mundo, a un tal Ayún, que consagró a nosotros su vida toda y sus talleres. Y tan agradecido era el buen hombre al comercio español, que enviaba a los de acá su retrato y los de sus catorces mujeres, unas señoras tiesas y pálidas como las que se ven pintadas en las tazas, con los pies increíbles por lo chicos y las uñas increíbles también por lo largas. “

Benito Pérez Galdós. Fortunata y Jacinta. Dos historias de casadas. Paradimage Soluciones. Edición digital. 2015. pp. 24-25.

Ignacio Zuloaga. Bailarina. 1912. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.
Ignacio Zuloaga. Bailarina. 1912. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.

6 Comentarios

  1. Manuel Morales dice:

    Me ha encantado!!! Besos Manolo y Carlos

    Enviado desde mi iPhone

    1. Bárbara dice:

      Muchas gracias Manolo. Un fuerte abrazo.

  2. Liane dice:

    Querida Barbar, precioso artículo, me ha encantado.
    Un abrazo,

  3. Bárbara dice:

    Le tenemos que dar las gracias a Benito Pérez Galdós, uno de mis escritores preferidos. “Fortunata y Jacinta” es una joya. Un fuerte abrazo y gracias por tu comentario.

  4. Carmen G Tarsi dice:

    Me encantò sobretodo porque mi madre de chica nos cantaba Donde vas con mantòn de Manila, donde vas con vestido.chine, voy a ver a ese chico tan guapo Y meterme a la cama despues! Creo era asi disculpenme, gracias!

    1. Bárbara dice:

      Muchas gracias por su comentario. Un cordial saludo.

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