La peste que asoló Sevilla


          «Luego que se declaró el contagio, que al principio no fué tan violento como despues, se mandó poner las camas que nuestro autor dice en el Hospital que se nombra de la Sangre, cuyo número pasó de mil y doscientas mantenidas por el Cabildo, Arzobispo electo; Hospital de la Misericordia, y otros cuerpos y Hermandades. También se formó Hospital en Triana. Se pusieron libros en los dichos Hospitales, en donde se escribían las entradas de los enfermos por sus nombres y estados, donde vivían y si habían otorgado testamento; y otros libros para apuntar los que morian; y de estos se sacaban listas todos los días, y se ponian en las puertas del Cabildo de la Ciudad.

Pieter Brueghel el Viejo. El triunfo de la Muerte. 1562 – 1563. Museo Nacional del Prado.
Pieter Brueghel el Viejo. El triunfo de la Muerte. 1562 – 1563. Museo Nacional del Prado.

          En el tiempo de mes y medio murieron mas de ochenta mil personas; pero creciendo después el mal, ya no hubo órden en nada, y todo era confusion y asombro, todo lamentos y horror; ya no daban abasto los carros destinados para enterrar los muertos; y aunque empezasen muy de mañana á llevar cadáveres de la noche y dia anterior, llegaba el medio del dia sin haberse concluido. Habia número señalado de estos carros para cada Iglesia, y otros para conducir muebles de los que morian por haber mandado no lo echasen á las calles, como lo hacían al principio. Hubo dia de amanecer sobre las gradas de la Santa Iglesia y Lonja mas de 90 cadáveres. Ya no cabian en las Iglesias, y se mandó cerrarlas: hicieron hoyos ó carneros en varios sitios fuera de la Ciudad para echar los muertos: en el campo de San Sebastian, dice esta relacion y otras, que había veinte y siete; en San Laureano tres; próximo al Convento del Pópulo dos; en la puerta del Osario quatro; en la Macarena cinco; en Triana y en otras partes otros muchos, y con el mal olor que despedían infestaban los ayres.

Anónimo. La Peste. 1649. Hospital del Pozo Santo. Sevilla.
Anónimo. La Peste. 1649. Hospital del Pozo Santo. Sevilla.

          Ya faltaban Ministros para dar el Viático á los moribundos, el que salía como si fuera el Santo Oleo con solo una luz ó de oculto: muriéron quasi todos los Curas de las Parroquias, y otros muchos Religiosos que se empleáron en este ministerio, de los quales varios vinieron de distintos pueblos, con particularidad de Córdoba mandados por el Arzobispo electo, que fuéron treinta y seis de varias Religiones. Muriéron los Médicos y Cirujanos, y se traxéron de otros pueblos, los quales venian movidos del interes, aunque é riesgo de perder su vida: algunos de estos quedaron ricos, ó lo mas. Mandó el Cabildo de la Santa Iglesia cerrar todas las puertas de la Iglesia que tienen comunicación con el Sagrario, y se hiciéron grandes carneros en el corral de los Naranjos, ó patio de los Naranjos, como hoy se nombra. Faltáron Curas en el Sagrario, por haberse muerto los que habia, y el Cabildo nombró substitutos, á los quales pagaba cada dia cincuenta reales.

Patio de los Naranjos. Catedral de Sevilla.
Patio de los Naranjos. Catedral de Sevilla.

          En la Santa Iglesia era tanta la falta de Ministros que habia, por haber muerto los mas de los Colegiales, y Capellanes; de aquellos quarenta y quatro, y de estos veinte, y de otros que estaban enfermos, que no habia quien sirviese en la Iglesia; de suerte que las antífonas y versículos las decían los Capellanes. En dos meses no se abrió la Colecturía de la Antigua, ni la de los Cálices por no haber Colectores ni quien dixera Misa. La Sacristía mayor no se usó en otro tiempo, y ménos la del altar mayor: sacáron un vestuario al lado del altar para vestirse y decir la Misa mayor, ó de Tercia, que esta nunca faltó. Los Maytines se decian por las tardes rezados: las lámparas no se encendian, y si no cuidaba de cerrar las puertas de la Iglesia un Prebendado, se quedarían algunas noches abiertas: no salían hachas á la Misa, ni usaban las capas en el coro, ni en las procesiones, ni en estas la Cruz con manga, por haberse muerto los Sacristanes, sino la Cruz de Pitanzas con una liga de color del dia; ni llevaban ciriales ni incensarios: todo esto sucedía por no haber quien lo hiciera (…)

Martín de Gainza. Hospital de las Cinco Llagas de Nuestro Redentor, también conocido como hospital de la Sangre. 1500. Sede del Parlamento de Andalucía. Sevilla.
Martín de Gainza. Hospital de las Cinco Llagas de Nuestro Redentor, también conocido como hospital de la Sangre. 1500. Sede del Parlamento de Andalucía. Sevilla.

          No habia ya cabida en los Hospitales, y hubo noche de quedarse en el campo del Hospital de la Sangre mas de quatrocientos; habiendo sido la noche de agua y frio, amaneciéron muertos mas de trescientos. Muriéron los mas de los Religiosos de San Juan de Dios, y los Hermanos del Buen-Suceso, de las demas Religiones y Clérigos mas de cinco mil; de criados del Cabildo mas de doscientos; y si fuera á ir refiriendo los desastres que sucediéron seria muy dilatado.

          Desde el principio del contagio empezaron los clamores á Dios, poniendo como intercesora á la Reyna de los Angeles, para que su Magestad templase su ira: se hicieron rogativas en la Misa; después se continuaron los procesiones á nuestra Señora de los Reyes, S.Laureano, S.Sebastian y S. Roque. Con el Lignum Crucis se hizo una por las calles, andando la plaza de S. Francisco, arquillo de Chapineros, calle de Francos, y seguidamente á la Iglesia. De noche y de secreto se hizo una procesion de rogativa por las últimas naves de la Iglesia llevando el Preste á nuestro Dios: iba el Cabildo cantando las Letanías en tono baxo con gran devocion y humildad: salió la procesión del altar mayor, y fue á la capilla de nuestra Señora de la Antigua, y puesto á su Magestad en su altar, se dixo la antífona, y después su oracion (…)

Anónimo. Virgen de los reyes. Siglo XIII. Catedral de Sevilla.
Anónimo. Virgen de los Reyes. Siglo XIII. Catedral de Sevilla.

          En otro dia comulgáron en público los dos Cabildos con grandes muestras de devoción y pena: se determinó sacar á nuestra Señora de los Reyes á la calle. Como dice nuestro autor; en efecto llegó el dia que saliera la Señora ; y luego que dio vista al pueblo que la esperaba, al salir por la puerta que se decia de los Palos, que estaba próxima á la torre de esta Santa Iglesia, al ver á la Santísima Virgen fueron tantos los gemidos y suspiros, los sollozos y clamores, las voces desentonadas de todos los que esperaban a la Señora, que los que iban en procesión no se podian contener, y lloraban sin consuelo, y unos y otros á gritos pedian a Dios y á su Santísima Madre misericordia, y con el mayor dolor perdon de sus culpas: es imposible leer este pasage sin que deje de causar terror; al considerar quanta seria la pena y congoja que tendrian los unos enfermos, próximos a la muerte, y otros esperándola por momentos; y qual seria el desconsuelo de los habitantes de Sevilla á la vista del riesgo tan inminente, y de los desastres experimentados?»

Puerta de Palos. Catedral de Sevilla.
Puerta de Palos. Catedral de Sevilla.

Diego Ortiz de Zúñiga.  Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla . Madrid. Imprenta Real. 1796.

 

8 Comentarios

  1. julio gomez dice:

    Hola Barbara,

    Disfruto mucho tus historias. Esta sobre la peste en Sevilla es muy interesante y me hace pensar porque no llego la peste a America ? Sevilla era el principal puerto con America y podrian haberse embarcado tripulacion contagiada… a menos que murieran en la travesía y los que llegaban al otro lado eran los que estaban sanos !?

    Sigue escribiendo por favor !

    Saludos

    Julio

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    >

  2. Álvaro dice:

    Interesantísima crónica. Comparada con aquella peste, esta se queda en poca cosa.

    1. Bárbara dice:

      Este tipo de crónicas son muy interesantes. Muchas gracias por tu comentario y un saludo.

  3. Francisco dice:

    Un excelente relato de una epidemia realmente terrible en la ciudad, donde la ausencia de medidas higiénicas y científicas adecuadas terminaron por difuminar la grandeza de pies de barro de la Sevilla Puerto de Indias. Gracias por evocar ese acontecimiento

    1. Bárbara dice:

      Muchas gracias a ti por tu comentario. Los «Anales» son una obra muy interesante. Un saludo.

  4. Miguel Benítez dice:

    Magnífico artículo Barbara. La situación actual ayuda a que muchos puedan aunque someramenrte comprender lo que Ortiz de Zúñiga intentaba recrear.

    Es interesante el interés por aliviar las necesidades del alma y la exposición de los clerigos en dar apoyo religioso, la confesión y la extrema unción exponiendo para ello sus propias vidas. Como hoy la exponen los sanitarios.

    Los valores de la solidaridad y los efectos del panico ante la inminencia y cercanía de la muerte …..

    1. Bárbara dice:

      Muchas gracias por tu comentario Miguel. Verdaderamente el texto de Ortiz de Zúñiga es una valiosa fuente histórica. Un saludo.

  5. Juana Bordoy Arbona dice:

    Muy interesante relato, aunque conocido, se apuntan muchos acontecimientos, no tan sabidos.
    Muchas gracias

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