Manuel Godoy, de la gloria al exilio


          Los medios de comunicación se hacen eco, prácticamente a diario, de casos de corrupción, nepotismo, abuso de prebendas y derroche de dinero público. Por otro lado, y aunque se supone que  nuestro sistema es una democracia seria, vemos como personas sin la calificación ni preparación necesarias, ocupan puestos de alta responsabilidad.  El caso de Manuel Godoy no es tanto el de un hombre corrupto, sino de una persona que detentó un inmenso poder con todos los parabienes de los reyes a los que servía.  Físicamente Carlos IV era alto, corpulento y con una gran nariz como su padre. Amaba el arte y la pintura, no en vano había sido criado en Nápoles. El rey fue un gran aficionado a los relojes, a los que daba cuerda  constantemente, y a la música. Tocaba el violín y compró varios Stradivarius que hoy se conservan en el Palacio Real de Madrid. En cualquier caso, su gran pasión era la caza, que practicaba a diario.  No parece que el monarca fuera una mala persona, sino un hombre débil al que le tocó ser rey de España en un momento extremadamente difícil. Durante los veinte años que Carlos IV fue rey (1788-1808), Godoy fue su sombra. Según cuentan los historiadores, Su Majestad era un hombre rutinario hasta el extremo y  poco aficionado al trabajo de despacho. Sus impresionantes obsequios  hicieron de Manuel Godoy  uno de los hombres más ricos y poderosos del país. El rey cometió un gran error otorgando a su favorito tal cantidad de honores y mercedes, tanto si fue por indicación de su esposa como si no.

Francisco Bayeu. Carlos IV. 1790. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.
Francisco Bayeu. Carlos IV. 1790. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.

          Godoy amasó una gran fortuna en tan solo dieciséis años. El grueso de su capital comenzó con la donación de la dehesa real de la Alcudia, para continuar con el señorío de la Albufera de Valencia (por una permuta de bienes con el rey), el ducado de Sueca, el Soto de Roma, y el señorío de Huétor  de Santillán, los dos últimos en la provincia de Granada. Esto es solo una escueta lista de sus propiedades más significativas. Las rentas de los citados activos le proporcionaban cuantiosos beneficios anuales. Más adelante,  Godoy llegó a ostentar el principal puesto del gobierno debido a una serie de desavenencias que habían surgido entre Carlos IV y su ministro el conde de Aranda, que fue destituido. El rey estaba conmocionado por los sucesos en Francia e intentó por todos los medios salvar la vida de su primo Luis XVI, quedando profundamente consternado cuando fue ejecutado. Como es lógico, el monarca tuvo miedo de que las mareas de la revolución llegaran a España,  y nombró al flamante duque de Alcudia primer secretario de Estado y del Despacho. Veía en él al hombre obediente y sumiso que le debía todas sus riquezas. La explicación a tan descabellado nombramiento se ha atribuido a los amores de Manuel con la reina

Francisco de Goya.
Francisco de Goya. Manuel Godoy, Príncipe de la Paz. 1801. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.

          En su afán por igualar a los Grandes de España, que le consideraban un advenedizo por su origen humilde, Godoy demostró ampliamente su capacidad económica. Su pasión era el poder y lo demostraba a través del lujo. Por este motivo se hizo con casa propia en los lugares que frecuentaba la corte como El Escorial y Aranjuez. En Madrid habitó el palacio Grimaldi, que decoró con esplendor, mandando construir una magnífica escalera imperial. Al igual que hacían las familias poderosas, se convirtió en un gran mecenas atesorando una espléndida colección de más de mil pinturas. Por desgracia, muchas se destruyeron o salieron de España como consecuencia de los pillajes durante la guerra de la Independencia. Entre las obras más conocidas que poseyó, se encontraban  la Venus del espejo de Velázquez, que le regaló la duquesa de Alba, y las dos majas de Goya. Se cree que se las compró directamente  al pintor y que representaban a su amante Pepita Tudó. En su palacio madrileño tenía un gabinete con pinturas de desnudos.

Palacio del Marqués de Grimaldi. Actual sede del Centro de Estudios Constitucional.
Palacio del Marqués de Grimaldi. Actual sede del Centro de Estudios Constitucional.

          En 1797 Godoy entraba en la treintena, dos años antes había sido nombrado por el rey príncipe de la Paz (algo inaudito en España donde solo hay un príncipe, que es el heredero al trono). Llegaba el momento indicado de buscar esposa y la elegida fue la joven María Teresa de Borbón y Vallabriga, hija del infante don Luis (hermano de Carlos III) y de María Teresa de Vallabriga y Rozas, dama de la baja nobleza aragonesa. El infante don Luis de Borbón y Farnesio fue destinado desde niño a la carrera eclesiástica, aunque no tenía vocación religiosa. Cuando ya era un hombre maduro contrajo matrimonio morganático con la joven aragonesa. Su hermano Carlos III autorizó la boda, pero debido a lo desigual de la pareja, dictó una pragmática en 1776 para que los hijos no pudieran usar el apellido Borbón. El infante tomó el título de conde de Chinchón y se trasladó a vivir al palacio de la Mosquera en Arenas de San Pedro (Ávila). Al morir don Luis en 1785, obligaron a María Teresa a separarse de sus hijos. Las dos niñas fueron recluidas en el convento de San Clemente en Toledo, y el niño fue dirigido a la carrera eclesiástica como lo había sido su padre.

Francisco de Goya.
Francisco de Goya.  La condesa de Chinchón. 1800. Museo del Prado. Madrid. María Teresa de Borbón aparece sentada sobre un fondo neutro, sin mirar al espectador. Su avanzado estado de gestación queda disimulado por la postura de sus manos. Llama la atención su precioso tocado de espigas. Las radiografías confirman que debajo hay dos retratos masculinos, uno del mismo Godoy.

          La boda  entre Godoy y María Teresa de Borbón se celebró en  la sala principal de su casa de El Escorial siendo los reyes los padrinos. Nuestro “príncipe” se esforzó denodadamente tardando dos años (mucho para el) en  devolver a su mujer y a sus dos hermanos su estatus y patrimonio. Se les concedió a los tres hermanos: Luis, María Teresa y María Luisa el uso del apellido paterno y la grandeza de España de primera clase. Cuando Luis fue nombrado arzobispo de Toledo le traspasó el título de conde de Chinchón a su hermana. Verdaderamente Godoy dio a su mujer una situación privilegiada, pero ella le aborreció desde el primer momento. Su vida en común no debió  de ser nada fácil, como lo demuestran algunas cartas en las que él se queja amargamente de la inutilidad de su mujer. Jovellanos en su diario dejó un documento muy revelador del comportamiento de Godoy, en el mismo año de su boda. El asturiano fue nombrado ministro de Justicia y un día el príncipe le invitó a almorzar. Cúal no sería su sorpresa cuando vio que se sentaba en la mesa entre su mujer y su amante. Jovellanos escribió: “Este espectáculo acabó mi desconcierto; mi alma no puede sufrirle; ni comí, ni hablé, ni pude sosegar mi espíritu; huí de allí”.  Poco se sabe de su amante, se llamaba Pepita Tudó, era hija de un coronel y tuvo con ella dos hijos varones.

José de Madrazo. Josefa Tudó, I Condesa de Castillo Fiel, con sus hijos Manuel y Luis Godoy, junto a un busto de Manuel Godoy.
José de Madrazo. Josefa Tudó, I Condesa de Castillo Fiel, con sus hijos Manuel y Luis Godoy, junto a un busto de Manuel Godoy.

          De su matrimonio solamente nació una niña en 1800,  fue llamada Carlota Luisa en honor de los reyes que fueron sus padrinos. Como no podía ser de otra manera  (a Manuel le llegaba el dinero por todas partes),  recibió de su esposa cuantiosas cantidades  en forma del usufructo de sus bienes (su herencia paterna) y la pensión anual que el rey destinó a María Teresa. Por otro lado, su cuñado Luis al ser designado arzobispo de Toledo,  donó a María Teresa el palacio de Arenas de San Pedro con todos los bienes que había en su interior, entre los que destacaban la colección de pinturas y un magnífico gabinete de Historia Natural.

Palacio del Infante don Luis de Borbón. Arenas San Pedro.
Palacio del Infante don Luis de Borbón. Arenas San Pedro.

          En sus últimos años de gloria, el príncipe de la Paz compró el palacio de Buenavista (actual Cuartel General del Ejército) a los herederos de la duquesa de Alba,  donde estableció su propia corte como la de los reyes. Los cargos principales a su servicio eran: el secretario general, el contador tesorero, el secretario particular y el mayordomo, además de una legión de ayudantes y criados. A pesar de su gran capacidad de trabajo, era tal la cantidad de asuntos que tenía que atender, que en ocasiones  se quejaba de encontrarse sobrepasado. En cuanto a su vestimenta, las cifras impresionan. Godoy tenía un ayuda de cámara y dos encargados de su guardarropa, para estos dos últimos trabajaban catorce personas. En su libro de Guardarropía aparecen una increíble cantidad de prendas, como por ejemplo cincuenta docenas de camisas, nueve docenas de calzoncillos y diecisiete docenas de corbatines.

Francisco de Goya.
Francisco de Goya. «Alegoría de la industria». 1.804-06. Museo del Prado. Madrid.Vemos a unas tejedoras trabajando en las ruecas. El pintor había trabajado pintando cartones para la Real Fábrica de Tapices,  por lo que es probable que conociera el trabajo de las hilanderas. Se trata de uno de los cuatro tondos encargados a Goya para los lunetos de la bóveda de la gran antesala del palacio Grimaldi. Las pinturas representan alegorías que simbolizaban las virtudes de Godoy como gobernante ilustrado. Se representan el Comercio, la Industria,  la Agricultura y la Ciencia este último perdido, los otros tres se conservan en el Museo del Prado.

          Tanto poder y riqueza le granjearon muchas enemistades, el pueblo le detestaba. Durante el motín de Aranjuez  fue detenido, encarcelado y destituido de sus cargos. Mientras le llevaban a la cárcel el populacho le atacó y sufrió diversas heridas, en la cárcel es probable  llevara grilletes en los pies. Su mujer ni tan siquiera le visitó, la pareja nunca más se volvió a ver. Su meteórica carrera terminó abruptamente cuando solo tenía 41 años. Los reyes y Napoleón intercedieron por él y pudo salvar la vida, aunque pasó de ser todopoderoso a la confiscación de sus bienes y al exilio, al que fue acompañado por su amante Pepita Tudó. Al enviudar se casó con ella en 1829. No volvió a pisar España muriendo en París a los 84 años.

Francisco Madrazo.
Francisco Madrazo. Manuel Godoy, príncipe de la Paz. Hacia 1816. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid. Este retrato presenta un aspecto inédito de Godoy, exilado en Roma con Carlos IV y María Luisa de Parma.

5 Comentarios

  1. Julio Bosco Gomez dice:

    Excelente reseña de un personaje ilustre y fugaz

    1. Bárbara dice:

      Muchas gracias Julio. Un abrazo.

  2. Oscar dice:

    Muy interesante!

Los comentarios están cerrados.